Efectivamente, durante el año 2013 se constató la presencia estable de un grupo familiar de lobo ibérico en la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. Esto sin duda constituye una gran noticia para el medio ambiente madrileño y su biodiversidad, pero no quiere decir que no haya habido presencia esporádica de individuos que cruzaban de Castilla y León y de Castilla La Mancha. Por eso mismo, la situación no nos pilla de nuevas, existen mecanismos en funcionamiento desde hace años para compatibilizar y armonizar todos los agentes implicados en este escenario: el propio lobo, los ganaderos, los cazadores… Así, hemos doblado la cuantía económica disponible para compensar económicamente a los ganaderos ante posibles ataques de lobos o perros asilvestrados. Aunque esta medida la llevamos aplicando desde el año 2006. También hemos reforzado el seguimiento de individuos aislados para disponer de la máxima información posible sobre las poblaciones. Además de mantiene contacto fluido con los titulares de las explotaciones ganaderas.

Por último, estamos también trabajando en la coordinación entre todo el personal de la Administración: la Consejería de Medio Ambiente, los agentes forestales, el SEPRONA, los veterinarios oficiales para agilizar el trámite de concesión de las ayudas.