Me llamo Carla, soy de Sant Quirze del Vallès (Barcelona) y tengo 23 años. A raíz de problemas familiares que había tenido en la infancia, a los 13 años empecé a tener problemas con la comida. Primero me diagnosticaron obesidad, luego depresión, y finalmente trastorno de la conducta alimentaria (TCA).

Muchas veces se relacionan los TCA con la anorexia o con personas con bajo peso, pero también puede haber personas con TCA que tienen sobrepeso. En mi caso, tuve trastorno por atracón y bulimia.

El instituto fue muy duro para mí, ya que sufrí acoso escolar por mi peso. Por desgracia, la gordofobia sigue muy instalada en nuestra sociedad, y muestra de ello es el hecho de que prácticamente todas las personas con sobrepeso, si no todas, han sufrido bullying o algún otro tipo de discriminación a lo largo de su vida.

Mis padres estaban muy perdidos y no sabían cómo ayudarme, hasta que, cuando tenía 15 años, una amiga de ellos que también había tenido TCA les recomendó llevarme a un centro de día en Sabadell (Barcelona). Tenía un equipo multidisciplinar, con profesionales de medicina, nutrición, psicología y deporte.

Fue allí donde empecé mi terapia, y estuve yendo desde los 15 hasta los 20 años. Allí éramos pacientes con realidades y problemas muy distintos, pero compartíamos espacios, como las comidas, y allí nos enseñaban a mejorar nuestra relación con ella. Actualmente estoy recuperada y solo voy allí cada mes o mes y medio para hacerme revisiones.

Hablando de mis vivencias con perspectiva, me habría gustado que desde el instituto hubiesen intervenido más cuando sufrí acoso escolar. Todo esto hizo que mi enfermedad empeorara aún más. También creo que los TCA y las enfermedades mentales en general siguen siendo tabú entre adultos, lo que por supuesto se traslada también a los niños y niñas.

Es por esto que quiero dirigirme a los miembros del Parlament de Catalunya, ya que soy de Catalunya y son mis representantes en dicha cámara, para que desde los centros escolares se tomen más medidas para prevenir y erradicar el bullying, especialmente aquel relacionado con la gordofobia. También es necesario concienciar más sobre las enfermedades mentales y que dejen de estar silenciadas y estigmatizadas.

Con mi experiencia y conociendo el caso de otras personas, la mayoría mujeres, siempre digo que, antes de juzgar a una persona por su cuerpo, nos planteemos si conocemos todo lo que hay detrás, porque no sabemos por qué situación puede estar pasando.