Me llamo Carlos, tengo 36 años y estoy diagnosticado de personalidad ansioso-depresiva.

El origen de mi malestar emocional se dio durante mi infancia y adolescencia, al tratar de ocultar mi bisexualidad. Sentía que no encajaba en ningún sitio, y el hecho de no expresar lo que sentía me fue generando mucha ansiedad, tristeza, soledad y desgana hacia todo. Además, las pocas personas con las que hablé de mi orientación sexual reaccionaron muy mal, lo que hizo que todavía la tapase más.

Durante muchos años visité a psicólogos privados, hasta que, tras varios intentos de suicidio, me atendió una psiquiatra de la Seguridad Social. En cambio, lo único que hizo fue recetarme medicamentos y programarme consultas cada tres meses. Evidentemente esto no me ha servido de nada, por lo que he dejado de acudir a esta especialista y he seguido yendo a mi psicólogo privado.

Lo que más me ha dolido, ha sido el no haber recibido ninguna llamada por parte de la psiquiatra o del hospital, aún habiendo tenido un intento de suicidio recientemente. Por ello, con esta iniciativa pido al Parlamento de Andalucía que destine más recursos a mejorar el Servicio de Salud Mental de la Seguridad Social, pues son muchas personas las que padecen patologías como la mía y la ayuda, tan necesaria, es prácticamente inexistente.