Hola Juanra. Me parece que crear empleo público indiscriminado no es la solución. El Estado no puede sustituir a las empresas ni al autoempleo, porque sólo puede contratar a más gente aumentando la deuda y el déficit, con lo que tendríamos pan para hoy y hambre para mañana, como suele decirse.

En algunas Comunidades se ha recurrido a incrementar el empleo público como única política laboral, por ejemplo en Extremadura o Andalucía, pero el paro sigue siendo altísimo, y el porcentaje de trabajadores por cuenta ajena muy bajo respecto al de empleados públicos, con la consecuencia de que la administración tiene finalmente muchos menos ingresos y más gastos, ya que son los trabajadores por cuenta ajena los que realmente sostienen la hacienda pública vía IRPF. Y no es posible endeudarse eternamente: acaban dejando de prestarte, como casi ocurrió en 2008 y 2009, hasta que intervino el BCE comprando deuda pública.

Ese sistema de inflación política del empleo público solo se sostiene, y de mala manera, por las transferencias de recursos del Estado a las Comunidades. No tiene futuro. Y además incentiva ilegalidades como convertir en funcionarios a empleados públicos que no han pasado una oposición, seleccionar a los adeptos del partido y sindicato amigo, y cosas así. Al final unos organismos tienen plantillas desmedidas y no justificadas -como entes autonómicos muchas veces superfluos o sobredimensionados (como las TVs)- mientras otras son insuficientes pues, debido al gasto en otras partidas, no se convocan oposiciones para, por lo menos, mantener la reposición de profesionales jubilados. Ocurre en sanidad, educación, investigación, fuerzas de seguridad, fuerzas armadas, etc. Así empeoran los servicios públicos mientras se incrementan las plantillas de empresas fantasmas. Es algo que está a la vista.

Lo que el Estado sí debe hacer es poner en marcha políticas que activen la economía y por tanto el empleo.

Por ejemplo, hay sectores económicos subdesarrollados por una mala regulación legal, como la industria digital: en España es aproximadamente el 3´5% del PIB mientras en Italia asciende al 5% y en Gran Bretaña al 8%. Y eso que nosotros tenemos la ventaja de gente preparada, tecnologóa y sobre todo un mercado potencial de 500 millones de hispanohablantes, ya que el español es la segunda lengua de internet. Lo que ocurre es que miles de jóvenes con talento acaban emigrando o trabajando para empresas americanas, británicas o asiáticas porque el marco legal español es hostil y no da facilidades.

Lo mismo sucede con la denominada "economía verde", ligada a energías renovables y rehabilitación urbana, un sector con mucho futuro y reducido al mínimo por la estúpida política de sobrecargar con tasas a todas las fuentes de energía, prohibir prácticamente el autoconsumo con balance neto, perseguir la biomasa, etc. Hay mucho que hacer en este sentido, y creará empleo. Naturalmente, potenciar la innovación y la investigación sigue siendo crucial, y en vez de hacerlo se han maltratado. tanto en I+D como en formas de financiación en internet tipo crowdfunding.

Finalmente, es esencial desarrollar políticas industrial y energética complementarias para aumentar un sector que crea muchos empleos y exporta mucho, pero ha disminuido demasiado: la industria.

Sin olvidar algo que nos parece básico para mejorar la calidad del empleo y acabar con la precariedad y el subempleo: una reforma laboral que acabe con el mercado dual, es decir, con contratos protegidos y contratos precarios, que perjudica sobre todo a los jóvenes, mujeres e inmigrantes. Debe haber un contratro único indefinido, con muy pocas y tasadas excepciones, como el empleo temporal en turismo y agricultura. El empleo precario no incrementa la actvidad económica porque los jóvenes no pueden invertir en formar una familia al carecer de cierta seguridad material. Y un país donde los jubilados mantienen a los jóvenes está condenado a la pobreza.

Respecto a otro enemigo del empleo y amigo del paro, el déficit público, es esencial reducir el gasto innecesario en administraciones sobredimensionadas (eliminar diputaciones, fusionar ayuntamientos, eliminar entes públicos redundantes o duplicados, etc), que permitiría dedicar casi 40.000M€ anuales a inversiones productivas, y hacer una reforma fiscal que permita incrementar los ingresos, sin aumentar los impuestos, ampliando el número de contribuyentes, porque hay demasiada gente que consigue pagar poco gracias a muchas excepciones y bonificaciones fiscales (por ejemplo, tu segunda residencia, coches, etc., pueden estar a nombre de la empresa), y a productos financieros que no tributan hasta su liquidación, como las SICAV. En España, Hacienda vive de los trabajadores con nómina, y las rentas del capital están privilegiadas fiscalmente.

Para terminar: acabar con la corrupción, mejorar la transparencia y conseguir una democracia avanzada es también importantísimo para crear empleo. Se ha calculado que la corrupción reduce el PIB de un país hasta un 4%. En nuestro caso, si se hubiera impedido a los viejos partidos (todos) saquear las Cajas de Ahorros y arruinarlas, nos habríamos ahorrado unos 150.000 millones € en rescates injustificados. Y por tanto tendríamos menos parados y sobre todo menos pobreza, pues el dinero dedicado a rescatar Cajar no ha podido dedicarse a estimular la economía, proteger a los parados y mantener los servicios sociales y la investigación científica.

Haciendo todo esto, y con más integración fiscal y económica europea, podríamos conseguir que creciera el empleo de verdad: trabajadores de la industria y servicios, profesionales y nuevos emprendedores en nuevos sectores emergentes, Todo lo demás, la verdad, es que sirve para bien poco.