Hola Diego,

no me satisface el nivel de participación en los procesos electorales internos y en elecciones primarias: deberían ser más altos. Pero tampoco los calificaría de "preocupantes" ni "bajísimos". En elecciones internas, la mayoría de los porcentajes de participación (hablo de memoria) suele oscilar entre el 50-60%. Es verdad que hay también otros más bajos, en torno al 33%, y otros, los menos, que superan incluso el 80%, que es lo que nos gustaría a todos. Así que prefiero hablar de cierta frustración en vez de preocupación.

Hay varias razones para explicar este comportamiento electoral. La primera es bastante obvia: cuando solo se presenta una candidatura, como ocurrió con la de Rosa Díez y su equipo (del que formo parte) en el II Congreso, el interés baja considerablemente, seguramente porque muchos afiliados y simpatizantes no se molestan en ir a votar (hay que desplazarse a una mesa electoral, donde se vota a través de un sistema electrónico seguro) porque el resultado es conocido. Sin embargo, es cierto que esa actitud es incoherente con la presunción de que la gente desea participar más y controlar el funcionamiento de los partidos. Más abajo comentaré algo sobre ello.

Cuando hay más de una candidatura, como ocurre en la mayoría de los casos, la participación asciende, sobre todo si las candidaturas aciertan con su campaña y motivan a ir a votar. Para quienes no lo sepan, las campañas internas están escrupolosamente reguladas en UPyD para conseguir una igualdad real de oportunidades: no se permiten campañas con financiación privada, los debates se organizan en las propias sedes o locales alquilados al efecto, y las candidaturas tienen una web donde pueden colgar perfiles, propuestas, etc., pero sin tolerarse ataques personales a las otras candidaturas, difamaciones o conductas inaceptables.

Hemos celebrado ya unos 400 procesos electorales internos, y la inmensa mayoría discurren perfectamente. Ha habido una excepción importante, las últimas internas al Consejo Territorial de la Comunidad de Murcia. El Comité Electoral aceptó una reclamación contra la candidatura ganadora por juego sucio y manipulacion, y decidió suspender el proceso, que deberá repetirse en breve. Los ganadores reclamaron a su vez a la Comisión de Garantías, pero su reclamación resultó desestimada por ésta.

Las elecciones internas y las primarias son una novedad en España, y está claro que nos falta tiempo para darnos cuenta de su importancia para mejorar la democracia, y para entender y asumir que la competitividad y el conflicto son consustanciales a la vida de un partido realmente democrático. Lo que el partido debe hacer es garantizar a todo que se respetan las reglas que regulan la competición, y dentro de esta la igualdad de oportunidades. Y eso tratamos de hacer, creo que con resultados muy positivos. Sin embargo, encuentro normal que todavía haya quien rechace ese estilo abierto de hacer política y, o no se interese por él o lo rechace pasivamente, produciendo esa absteción electoral que no me gusta nada. Como los jóvenes suelen participar mucho más en estos procesos que los afiliados y simpatizantes de más edad, espero que mejoremos con el tiempo.

También vamos a facilitar la participación adoptando un sistema de voto por SMS que garantice el voto secreto... e irrepetible: no vamos a poner en marcha un sistema fraudulento donde vota cualquiera las veces que quiera, como ha hecho Podemos. Nos tomamos muy en serio el principio "un ciudadano, un voto". Cuando esté en marcha, veremos si hay un ascenso notable de la participación, aunque lo dudo porque me parece que es más un problema de mentalidad política que de tecnología.

Y acabo con esto: me parece que la mayor parte de los ciudadanos no apoyan realmente la exigencia de mayor participación política. La mayoría, incluyendo a los afiliados a los partidos, desean que se les resulevan sus problemas. Es lo que los politólogos anglosajones llaman "silent democracy", que parece dominar a la "democracia participativa" que otros deseamos. Que a su vez nada tiene que ver con la "democracia asamblearia" de otros, cuya degeneración es el populismo. Para terminar, la prensa tampoco ayuda: cuando hablan de elecciones internas en UPyD, suelen hacerlo subrayando el conflicto, cuando lo hay (o inventándolo si les interesa), e ignorando el enorme esfuerzo y el significado que tiene el que un partido se regule por normas de participación democrática rigurosas, en vez de al estilo "digital" a lo Mariano Rajoy.

El sistema de primarias y democracia interna tiene un alto costo para los partidos: crea conflictos, no es muy agradecido (ni de lejos garantiza que siempre sean elegidos los mejores) y exige una inversión muy alta de esfuerzo, recursos y trabajo. Pero hay que verlo así: es una inversión fundamental para mejorar la calidad de la democracia, y por tanto merece la pena. De hecho, lo encuentro una cuestión de principios, y eso pensamos la inmensa mayoría en UPyD.