Me parece una reflexión realmente muy interesante la que me planteas. Y te lo agradezco, porque creo que en este mundo de la política y de los asuntos públicos a veces nos falta precisamente eso, reflexión.

Además tengo que reconocerte que comparto buena parte de lo que dices, aunque con algunas puntualizaciones:

Respecto de la emoción de la libertad en la Transición: me refería a uno de los principios que me enseñó a creer en la política. Hoy la energía que me mueve en política está compuesta de muchos otros 'ingredientes': la lucha por la justicia y la solidaridad que con la crisis se hacen, si cabe, aún más necesarias; o la labor institucional que tiene consecuencias directas en mejorar la vida de tus vecinos/as...

Acomodados: quizá no sea muy políticamente correcto, pero digo la verdad si afirmo que nos hemos acomodado un poco todos/as. Es cierto que lo hemos hecho la gente que vivimos la transición, pero también la juventud. Los años de bonanza han tenido muchas cosas buenas, pero nos han hecho bajar la guardia en algunos aspectos.

Participación de los jóvenes. Por supuesto que sí. Los retos evolucionan con el tiempo. Los retos de hoy en día son de todos, importantísimos para los jóvenes pero no solo, también para los mayores. Podría citarte en este aspecto la articulación de la solidaridad. Aquí debemos estar todos con una actitud que yo resumiría en una frase que llevo oyendo toda mi vida y que no pasa de moda: "arrimar el hombro". Para mí es una de las cuestiones fundamentales y no creo que sea solo una tarea de los jóvenes. Hay tanto por hacer y es tan grande el ataque a los más débiles, que aquí no sobra nadie que quiera sumar esfuerzos en la lucha por la igualdad.

Por resumir: los jóvenes tienen que participar, sin duda, pero también los de otras edades.