Hola, me llamo Carmen, tengo 43 años y soy de Barcelona. Hoy me gustaría hablar de mi situación para concienciar a la población y, quién sabe, quizá también ayudar a otra gente que se encuentra en situaciones parecidas.

Mi hijo de ocho años, Héctor, tiene autismo diagnosticado desde que tenía un año. Ya desde el principio noté que tenía algo diferente: la forma de mirar, de interactuar con nosotros, de expresarse, e incluso de comer.

Durante estos últimos años he aprendido muchísimo de Héctor y he hecho todo lo posible para que pueda llevar una vida lo más plena posible. Uno de los aspectos más importantes ha sido la educación. Desde pequeño ha ido a una escuela de educación especial en Barcelona y, pese a las dificultades que ha podido haber, siempre ha significado una gran ayuda para Héctor y para mí.

Pero este año es diferente. Justo hoy hace una semana que empezó el curso escolar en Catalunya con las nuevas medidas para prevenir el contagio del virus. Si ya de por sí las medidas propuesta son severas para niños sin discapacidad, ¿cómo lo serán para niños con discapacidad intelectual?

En nuestro caso, Héctor no puede llevar mascarilla porque se agobia y le entra ansiedad, por mucho que le hayamos intentado hacer entender la importancia de llevarla. Me preocupa que pueda estar expuesto si no se respetan lo suficiente medidas como la distancia de seguridad o la ratio de alumnos por aula.

Además, tanto su padre como yo trabajamos de forma presencial. Si Héctor tuviera que confinarse por un positivo en su escuela, ¿cómo podemos compaginar nuestro trabajo con el cuidado de nuestro hijo?

Me dirijo a ustedes, políticos del Parlament de Catalunya, por que son mis representantes en dicha cámara. Me gustaría saber qué medidas concretas tomará el Parlament de Catalunya en los casos de las escuelas de educación especial para que niños con necesidades educativas especiales así como sus familias, puedan tener una vuelta al cole segura y con garantías.