Mi nombre es Carmen y tengo cáncer de mama. Mi madre tuvo cáncer de mama a los 38 años, yo tengo 35 pero nunca nadie le había dado importancia a ese dato. Nadie me había recomendado que me hiciera una mamografía o que fuera a revisión.

En verano me operé de la columna, y en la habitación del hospital tuve una compañera con la que cogí mucha confianza. Fue ella quien me dijo que debería ir a hacerme una revisión porque con los antecedentes de mi madre era importante estar atenta. 

En septiembre llamé a mi médico para pedir cita en el ginecólogo, pero me dijo que lo dejara para más adelante porque ahora estábamos con la recuperación de la columna. Para esta rehabilitación lo que me recomendaron fue andar mucho. Yo en agosto y septiembre tenía muy buena rutina y salía todos los días a dar mis paseos. Pero de un día para otro me vi de nuevo metida en la cama.

Yo jamás me había tocado el pecho, además tengo prótesis mamarias, pero algo me decía que había algo ahí. Así que empecé a explorarme la mama izquierda. Yo no sabía si lo que tocaba era un bultito normal o era de la prótesis. Seguí explorando los pechos hasta darme cuenta de que en el otro no estaba ese bulto.

Fui al hospital más cercano, pero el médico de urgencias me mandó al cirujano en vez de al ginecólogo. El cirujano me vio el bulto y me mandó una ecografía. Pero el problema fue que este cirujano se iba de vacaciones un mes y hasta que volviera no me iban a dar los resultados de esa ecografía.  No me quisieron derivar a otro médico para que viera esos resultados. Aún así quien me hizo la ecografía vio que el bulto era sospechoso y me mandó una biopsia. 

Hasta que el cirujano no volvió de vacaciones no me dijeron que era cáncer. Tuve que esperar un mes para que me confirmaran lo que yo ya sospechaba. Me derivaron a otro hospital y me dejaron en manos de los especialistas. 

Antes de operarme he tenido que dar sesiones de quimio. La verdad que en cuanto me derivaron al ginecólogo y al oncólogo fue todo mucho más rápido. Pero he perdido mucho tiempo durante un mes, de hecho ya podría haber acabado la quimio.

Creo que es necesario que se invierta más dinero en la investigación del cáncer y en información respecto al cáncer genético. Ahora me van a hacer las pruebas genéticas y si sale positivo se lo harán a mi hermana y a mi hija cuando sea un poco más mayor. Antes eso no se hacía, pero aún así se trata de un proceso lento. Creo que se debería invertir más en que estas pruebas se hagan como una forma de prevención temprana. 

Igual yo no habría tenido que pasar por todo esto si me hubieran informado de que me tenía que hacer resonancias, ecografías o incluso si me hubieran hecho ese estudio genético. 

Además, soy madre soltera y estoy de baja laboral. Creo que debería haber algún tipo de ayuda o prestación social para los pacientes oncológicos, al menos para cubrir los gastos básicos. 

Me gustaría que el Parlamento Andaluz invirtiera más recursos en la investigación del cáncer de mama, en hacer campañas informativas sobre la prevención y en que las pruebas genéticas se conviertan en un recurso para la prevención y la detección temprana. Hay que apostar por la ciencia. También sería necesario que se dieran ayudas o prestaciones sociales a los pacientes oncológicos.