Llevo varios meses sufriendo ciberacoso por parte de un conocido de clase. ¿Qué podemos hacer para condenar la ciber violencia machista?
Mi nombre es Carmen, soy de Málaga y hace varios meses que un chico de clase empezó a acosarme por redes sociales y grupos de WhatsApp. Tan solo coincidí con él tres semanas ya que enseguida me cambié de universidad, pero parece que eso bastó para que se obsesionara conmigo y con mi sexualidad. Me escribía para decirme cosas como “eres más virgen que el aceite” o “no te vas a comer un rosco”. ¿Qué podemos hacer para condenar la ciber violencia machista?
Todo empezó hace unos años cuando iniciamos el curso universitario. Yo nunca había hablado con esta persona, pero teníamos algunos amigos en común y coincidíamos en varios grupos de WhatsApp en los que se organizaban quedadas. No paso nada en concreto para que empezara a acosarme. Además, yo me cambié de universidad a las tres semanas de empezar así que no volvimos a coincidir en clase. Pero su obsesión cada vez se incrementaba más.
Me escribía por mensaje privado de Instagram para decirme cosas como que “no me comería un rosco en la vida” y que soy “más virgen que el aceite de oliva”. Durante la cuarentena estos mensajes se volvieron cada vez más frecuentes.
Para mí la gota que ha colmado el vaso han sido unos mensajes que mandó hace unos meses por un grupo de WhatsApp en el que había varias personas, entre ellas una amiga mía. En estos decía que yo le daba igual y que lo que pasaba es que a mí él me gustaba y “me picaba porque me daba largas”.
Lo peor es que no es un caso aislado, la sexualidad de las mujeres siempre es cuestionada sobre todo por los hombres. Si has estado con muchos chicos te llaman “guarra” y si has estado con pocos o con ninguno dicen que eres “una puritana”. Todo vale para criticarnos, cuestionarnos y humillarnos.
La violencia machista es un problema que ha encontrado en Internet un nuevo contexto y nuevas formas para su desarrollo. La facilidad para hacer daño acompañada por la impunidad de los acosadores ha fomentado que cada vez seamos más chicas las que nos veamos obligadas a sufrir este tipo de ciber violencia.
Creo que, si se ofrecieran herramientas seguras para denunciar que nos garantizaran protección y condenas acordes para los acosadores, muchas no lo pensaríamos dos veces antes de actuar. Sin embargo, se nos sigue cuestionando y culpando. Desde aquí quiero lanzar un grito de auxilio ante las instituciones: ¿qué podemos hacer para condenar la ciber violencia machista?