Mi nombre es Carmen, resido en Lleida, soy entrenadora personal freelance y una apasionada del deporte y la naturaleza.

El pasado 29 de octubre la Generalitat anunció el cierre a todos los centros y actividades deportivas de Catalunya, dejando a miles de gimnasios, locales y profesionales del deporte en la cuerda floja. Se repitió la misma pesadilla del pasado marzo y, después de habernos adaptado siguiendo las medidas de seguridad recomendadas en los centros deportivos, ahora mismo los profesionales del sector volvemos a cerrar y vemos el futuro con gran incertidumbre. 

Los resultados de este cierre pueden afectar gravemente al sector deportivo: 7 de cada 10 trabajadores estaremos en ERTE, tres de cada diez perderán sus puestos de trabajo y más de la mitad de los locales tendrán que cerrar sus negocios. 

No obstante, más allá de la parte económica, el cierre de la actividad deportiva repercutirá negativamente en la salud de la ciudadanía catalana. Hacer deporte mejora la salud física y mental, algo muy importante en la actual situación de pandemia y un derecho que no podemos robar a los ciudadanos.

En mi caso personal el deporte me ayudó a recuperarme de la Covid-19. Hace tres meses me infecté de coronavirus, pasé por unos días en los que tenía que guardar reposo, pero poco a poco empecé a hacer trabajo articular para la movilidad de mi cuerpo, algo que hacía que me recuperara progresivamente. Mi experiencia en el deporte me ha ayudado a mejorar mi convaleciente en casa con el coronavirus. Empecé a incorporar otras actividades para mejorar la resistencia cardio-respiratoria, y el ejercicio físico también me ayudó mentalmente a afrontar la situación. Fueron 25 días para vencer al virus, y durante mes y medio el entrenamiento me ayudó a volver a mi estado cardiorrespiratorio correcto. De no haber entrenado quizás hubiera tardado mucho más en recuperarme.

El deporte garantiza el bienestar de la ciudadanía y hace que pueda afrontar el virus con mayor facilidad. El sector deportivo es un servicio esencial que vela por el bienestar común, físico y mental de toda la población.

Los profesionales del deporte nos hemos adaptado a la nueva situación y hemos garantizado que nuestras instalaciones sean seguras. 

No somos ocio, somos salud y parte de la solución. 

Por este motivo, siendo de Lleida, me dirijo a los miembros del Parlament de Catalunya para que tengan en cuenta esta situación y consideren el sector deportivo como un servicio esencial, reabriendo los centros. 

Súmate a esta iniciativa ¡todos ganamos!