Pregunta para Congreso de la República del Perú
¿Cuándo se va a poner fin a los abusos perpetrados en manicomios contra pacientes con condiciones mentales?
Mi nombre es Caro Díaz. Soy periodista y siempre tuve un deseo de lucha por las causas justas. A partir de una experiencia traumática fui diagnosticada con trastorno bipolar (TAB), lo que me ha hecho conocer de primera mano los abusos, maltratos y discriminación que pueden llegar a sufrir las personas con alguna condición mental.
A partir de este conocimiento es que me he interesado en defender los derechos de estos hombres y mujeres, sobre todo de aquellos que no pueden alzar su voz o tienen un contexto menos privilegiado que el mío, que no tienen acceso a medicamentos o a un diagnóstico o tratamiento adecuado.
En la actualidad, la salud mental está en crisis. La sociedad y los medios de comunicación ven a los pacientes como "los otros", como si no fuésemos ciudadanos con derechos y deberes. La mayoría de iniciativas que están generando un cambio vienen de nosotros mismos como pacientes, o de nuestros familiares. Los esfuerzos del Estado siguen siendo insuficientes.
Esta situación se ve con más severidad en el sistema manicomial que tenemos en Perú. Como es de conocimiento público, los manicomios no son los lugares de sanación que nos venden. Se ha demostrado que son sitios de tortura y que todavía se utilizan mecanismos arcaicos. Yo he sigo testigo del trato que se le da a los pacientes, he recibido cientos de testimonios y lo que he descubierto es desgarrador. En Perú todavía existen establecimientos que tienen a las personas en total estado de abandono.
Lo que encuentran las personas al ser internadas en un psiquiátrico muchas veces son más traumas y no sanación. Como pacientes recibimos invalidación y violencia. Los encargados de los tratamientos solo buscan anularnos y despersonalizarnos para que “no representemos un peligro para la sociedad”, porque para la sociedad las personas con condiciones psiquiátricas son un problema. En vez de pensar cómo estabilizar y reinsertar a la sociedad estas personas, se busca anularlas.
Necesitamos que se ejecute correctamente la propuesta de salud mental comunitaria. Todavía se sigue poniendo atención en el enfoque biomédico, que es importante, pero no el único camino. Debe existir una visión más amplia que solo una que solo nos patologiza y sobremedica. Asimismo, las personas con condiciones mentales también deben tener la posibilidad de dar su consentimiento informado, porque como todos tienen derecho a conocer cuáles son las implicaciones de su tratamiento y a decidir sobre su vida y su futuro.
Es importante también que se difundan mucho más los servicios de asistencia comunitaria de salud mental. Gran parte de la población todavía no sabe que existe esta opción. Es crucial dar a conocer este servicio, descentralizarlo, y además poder dar un seguimiento a todos los casos, porque para muchas personas es difícil continuar su tratamiento.
Con todo esto, creo que lo más urgente es que se pueda ver el otro lado, que se pueda escuchar a los pacientes. Necesitamos que se nos humanice y nos den la oportunidad de poder recuperarnos dentro de nuestro espacio vital, con nuestros seres queridos y en el entorno en el que nos hemos acostumbrado a interactuar. Los manicomios son obsoletos. Ya muchos países le están dando un giro al tratamiento y están encontrando formar alternativas de contener y acompañar las emergencias de salud mental. Queremos ser respetados y contar con los mismos derechos que todos y todas.
Es por eso que hoy inicio esta campaña, para que el Estado ponga los ojos sobre esta situación. Son miles de pacientes que hoy continúan siendo violentados gracias a un sistema que no ha evolucionado para tratar de manera correcta las condiciones mentales.
Para lograr mi objetivo, necesito de tu ayuda. Si esta campaña llega a recolectar 300 firmas, las autoridades peruanas tendrán que responderme a través de Osoigo Perú. Solo tienes que dar click en “APOYAR” y difundir con todos tus contactos de redes sociales. ¡Ayúdanos a terminar con esta tortura!