Pregunta para Parlamento de Andalucía
La crianza respetuosa es esencial para la salud mental de nuestros niños y niñas. ¿Por qué no se proporcionan los recursos necesarios para implementar este método en todos los centros educativos?
Mi nombre es Carol y soy mamá de un niño de un año y medio. Desde siempre me he interesado por la crianza respetuosa, tanto yo como mi pareja coincidimos en que esta es esencial para colaborar a que el niño se desarrolle con una emocionalidad de calidad. ¿Cuándo se van a proporcionar a los profesores/as las herramientas y recursos necesarios para implementar este método en los centros educativos?
Criar de manera respetuosa y consciente es considerar a los niños y niñas como a personas que poseen los mismos derechos que un adulto. Se trata de generar una relación que se afiance sobre las bases de respeto, amor y límites no punitivos, es decir que no implican sanciones o castigos.
No podemos castigar a los niños por el simple hecho de serlo. Hay que tener una escucha activa y explicarles por qué lo están haciendo mal y qué opciones tienen para hacerlo mejor. Recuerdo un día en el que pillé a mi hijo pintando las paredes con salmorejo. Podría haberme enfadado y haberle castigado, pero en vez de eso le agarré suavemente y le expliqué que no podía pintar en las paredes, pero sí en otros espacios. Tras pensarlo un momento, el niño reaccionó positivamente y estuvo pintando toda la mañana en la tabla que yo le di para ello.
Tenemos que escuchar sus necesidades antes de prohibirles hacer algo sobre todo cuando se trata de su estimulación. Todos los niños y niñas son diferentes y por lo tanto tienen unas necesidades distintas. Es necesario que desde los centros educativos se mantenga un contacto directo con las familias para informar sobre el desarrollo de nuestros hijos y que podamos ayudarles en casa en la misma línea. Para ello sería necesario que desde las instituciones se ofrecieran las herramientas y recursos necesarios para hacerlo posible. Es muy difícil implementar esto si no se reduce el ratio de alumnos/as por aula.
Creo que es esencial que cada niño/a aprenda a su ritmo e individualmente. Con una libertad que se desarrolle dentro de unos límites claros que permitan convivir con la pequeña sociedad que se crea dentro del aula.
Los profesores y profesoras deben ser sus guías para ayudar y estimular al niño en todos sus esfuerzos. Lo ideal sería que en todos los centros se les permitiera actuar, querer y pensar por sí mismos, ayudándolos a desarrollar confianza y disciplina interior.
Debemos darles a nuestros hijos una reconducción en positivo, alejada del castigo y fomentando la reflexión. Solo así sentirán en sus padres “un lugar seguro al que siempre volver”. Es muy difícil que nuestros hijos cuenten con nosotras si no les brindamos empatía y respetamos sus decisiones.
Solemos empezar a preocuparnos por la salud mental de nuestros hijos/as en la etapa adolescente, cuando cumplen 12 años más o menos, y ahí llegamos 12 años tarde. Si queremos que un/a adolescente confíe en nosotros para contarnos los problemas, tenemos que haber cultivado esa confianza y apego seguro desde la edad más temprana.
Hay colegios en los que todavía se utiliza el castigo como disciplina habitual cuando un niño o niña hace algo que no está bien. He llegado a ver sitios en los que atan a los niños a una silla o los dejan castigados contra la pared durante horas sin darles más explicación que la de “esto es así porque lo digo yo”. Creo firmemente que estas prácticas deben acabar, no podemos seguir tratando a los niños y niñas como inferiores por el simple hecho de ser adultos. Tenemos que fomentar su aprendizaje y cuidar su salud mental para que en un futuro no acarreen problemas mayores.
Lanzo un llamamiento desde aquí para implementar el modelo de crianza respetuosa en el mayor número de centros posible. Proporcionemos a los/las profesionales de la educación las herramientas para hacerlo posible.