Mi nombre es Carolina, vivo en un pueblecito de Extremadura y sufrí acoso escolar durante mi etapa en el instituto. Fueron unos años bastante difíciles para mí, pero la terapia me ha ayudado mucho para poder superarlo. Ahora me gustaría poder ser de ayuda para todos aquellos que lo estén sufriendo. ¿Cuándo se implantarán protocolos obligatorios contra el acoso escolar?

Hace poco abrí una cuenta en Instagram -stopacosoescolar26- para dar visibilidad a esta problemática y ofrecer información sobre las causas, consecuencias y posibles soluciones para el acoso escolar. Todo esto dirigido tanto a alumnos como a padres, madres y docentes de todas las especialidades. Creo que todavía hay mucho desconocimiento en torno al tema y muchos profesores y profesoras lo siguen tratando como “una cosa de críos”. 

Cuando yo denuncié los insultos y discriminación que recibía por parte de los compañeros eché en falta una respuesta adecuada por parte del profesorado del centro. Un día un grupo de chicos y chicas me llenaron la silla de chinchetas y cuando se lo conté a la profesora que había ese día en el aula me respondió que no era para tanto que eran cosas que hacían los niños. 

Mientras sigamos restando importancia al acoso y continuemos protegiendo a los acosadores no solucionaremos el problema, es más, puede que lo hagamos más grande. Por eso creo que todos los docentes deberían de tener una formación específica sobre el tema, para saber identificarlo y poder reaccionar adecuadamente para solventarlo. 

Creo que los centros educativos no tienen los suficientes recursos para abordar una situación de bullying. Con mi cuenta de Instagram yo pretendo ser un apoyo para todos aquellos niños, niñas y adolescentes que lo estén pasando mal y necesiten una mano amiga. Sin embargo, esto no será suficiente si los propios colegios e institutos no toman medidas.

No puede ser que en dos colegios de la misma zona se aborde el acoso escolar de manera diferente. Todos los centros deben tener un protocolo mínimo, una base para proteger al acosado y trabajar para cambiar la relación con el acosador. 

Por otro lado, creo que la educación emocional es esencial para aprender a gestionar los distintos sentimientos que puede provocar una situación de exclusión. Además de ayudar a fortalecer la empatía hacia el otro y fomentar valores como el respeto y la tolerancia. Todo esto va muy de la mano con la prevención del acoso escolar. Tenemos que preocuparnos por la salud mental de nuestros niños, niñas y adolescentes para que después no generen traumas o problemas psicológicos graves. 

Por todo esto quiero dirigirme a la Asamblea de Extremadura para que actúen y faciliten herramientas para luchar contra el acoso escolar. Se debe tratar de un tema prioritario.