Soy Catalina y tengo cáncer metástasico incurable, según mis médicos. 
 

Todo empezó hace más de un año y medio con un cáncer en el cuello uterino que logre superar tras seis ciclos de quimioterapia y cinco de braquigerapia. 
 

Tres meses después de que me dieran la gran noticia de que por fin estaba recuperada, me dieron un duro golpe. Volvía a tener cáncer y esta vez había venido para quedarse. Tengo un cáncer neuroendocrino metástasico en el hígado de nivel 4. No se puede operar. 
La única opción que tenía era tratarme con quimioterapia y radioterapia al mismo tiempo para poder alargar mi vida unos dos años. Pero mi cuerpo ha rechazado la quimioterapia. Me dejaba sin plaquetas, muy débil. Incluso con transfusiones mi cuerpo no se recuperaba. Si me dan otra sesión de quimio más, se acabó. Llevo cuatro meses sin recibir ningún tratamiento para el cáncer. 

Yo no pienso rendirme, quiero seguir aquí el tiempo que pueda para ver crecer a mi hijo y estar con él. Me quedan muchas  cosas por hacer y disfrutar. 

En septiembre me operaron de un quiste en el útero, en el mismo lugar en el que empezó todo. “Gracias” a ese quiste descubrieron que no era tal si no el cáncer que se había vuelto a extender y que por ello mi tipología de cáncer es hormonal y pueden tratarlo con terapia hormonal. Aún estoy esperando para recibir el tratamiento. Es posible que mi cuerpo lo rechace y no haya nada más que hacer. Pero también es posible que el tratamiento detenga la metástasis e incluso que pueda reducirla. Por primera vez en mucho tiempo hay un rayo de esperanza. 

Es necesaria muchísima más inversión en la investigación de nuevos y mejores tratamientos contra el cáncer. Sobre todo para los tipos de cáncer que, como el mío, son raros o no tan comunes y que además son muy agresivos. Los pacientes nos quedamos sin opciones para poder curarnos. Sin investigación no hay cura, sin investigación no hay vida. 

Estoy utilizando esta plataforma para pedirle a los políticos que aumenten la inversión de recursos es la lucha contra el cáncer porque no es un gasto, es una inversión en el futuro de las personas y de su calidad de vida.