Me llamo Cinta y junto con mi hijo Bosco vivimos en Catalunya. En julio de este mismo año, cuando mi hijo tenía un año y medio, me percaté de que presentaba un bulto en la barriga. Decidí acudir a urgencias y de allí, una vez inspeccionada la afección, nos derivaron al Hospital Universitari Vall d’Hebron. A partir de este momento tuvimos que quedarnos ingresados. Durante los dos primeros días de hospitalización, le estuvieron haciendo todo tipo de pruebas a Bosco hasta que dieron con el diagnóstico. Entonces nos informaron de que mi hijo padece un Tumor de Wilms; el tumor renal más frecuente en la infancia.

Al cabo de una semana, empezaron con el tratamiento de quimioterapia que duró 6 semanas . Durante este tiempo, mi hijo tuvo complicaciones que le llevaron a pasar dos semanas a la Unidad de Curas Intensivas (UCI). En agosto, una vez terminada la primera quimioterapia, le tuvieron que intervenir quirúrgicamente para quitarle una masa bastante grande y, en consecuencia, quitarle el riñón. A partir de ahí, empezó a recibir otro tratamiento de quimioterapia que, en principio, se alargará hasta junio del año que viene. Ahora hace un mes, los médicos se percataron de que Bosco había hecho metástasis en los pulmones, así que le operaron de nuevo para reparar las lesiones en cuestión. También con el mismo fin, en estos momentos, además de quimioterapia, mi hijo se somete a un tratamiento de radioterapia.

El proceso de enfermedad por el que Bosco está pasando me hace percatar de que es imprescindible que se actúe en pro de que ningún niño tenga que pasar nunca por una situación similar a la que se afrenta mi hijo. Es por eso que me dirijo a los políticos del Senado; queremos que una vez hayan leído nuestro testimonio, nos respondan a la pregunta: ¿Cuándo se mejorará la inversión destinada a la investigación del cáncer infantil y a la mejora de sus tratamientos?