Pregunta para Parlamento de Canarias
Sufría ataques de ansiedad y pensamientos suicidas, ¿por qué tenía que esperar hasta 4 meses para recibir asistencia psicológica?
Hola, me llamo Cristina, soy activista y divulgadora. Me gusta dar visibilidad a la salud mental y a las problemáticas en las que convivimos porque muchas veces no se les presta atención. En mi caso, supe pedir ayuda, pero el miedo a la reacción de mi familia retrasó mucho que comenzara la terapia. Sufría ataques de ansiedad y pensamientos suicidas, y cuando quise ir por la seguridad social me dijeron que me podrían dar una cita, pero sería dentro de 4 meses.
Costear las terapias no es barato. El precio por consulta mínimo suele ser de 50-60 euros si vas a terapia privada y no todo el mundo puede permitírselo. Creo que la salud mental está a la cola de todas las problemáticas. Se habla más que nunca pero no se trata. Y cuando estás pasando por un problema que no sabes y tampoco puedes gestionar solo, que te digan que tienes que esperar 4 meses mínimo para que te atiendan…No siempre puedes esperar. Porque cuando entramos en pandemia no se dudó en destinar un montón de sanitarios. Pero cuando se trata de salud mental, somos los grandes olvidados.
Muchos de los problemas que tenemos de mayores o situaciones que no sabemos gestionar vienen de los traumas infantiles. Es algo que llevamos durante toda la vida. Por eso es esencial que se trate la salud mental no solo en los colegios sino también en las casas. No se nos enseña educación emocional. Cuando tienes hijos y comienzan a llorar la solución suele ser dejarlos solos hasta que se calmen o amenazarlos con no darles o comprarles algo. No sabemos cómo actuar y eso deriva en problemas en las relaciones con los niños porque nos falta educación sobre la crianza consciente. Es decir, educarlos desde la parte de la gestión emocional. Lo mismo sucede con ciertas palabras que usamos con los niños o comentarios, que en cierto modo estamos condicionando a los pequeños.
Las tasas de suicidio entre los jóvenes se han incrementado. Cada día son más los testimonios de adolescentes que intentan dar visibilidad a esto. Cuando te dice una persona que no puede, lo habitual es que respondamos con palabras como “ánimo”, “tú puedes”, etc. Sin embargo, cuando estamos en ese momento, estamos pidiendo ayuda porque no podemos. De igual forma, si las instituciones como la seguridad social también te dan la espalda… Seguimos arrastrando el problema. Y tampoco es una solución esperar 4 meses mínimo a una consulta mientras te dan ansiolíticos a modo de parche de la situación. ¿Y se tiene en cuenta la adicción que crean los ansiolíticos? No resolvemos el problema de raíz, solo conseguimos incrementarlos.
Desde aquí me gustaría poder preguntarle al Parlamento de Canarias por qué si sufría ataques de ansiedad y pensamientos suicidas, ¿ tenía que esperar hasta 4 meses para recibir asistencia psicológica? En temas tan importantes como este no podemos estar a la cola en sanidad. Es importante que existan más servicios vinculados a la salud mental y que sean accesibles para la ciudadanía. Hay muchos profesionales de la salud mental que están esperando poder trabajar en la seguridad social, sin embargo, no se dotan las infraestructuras sanitarias de más personas en este sector. Y también es necesario que se lleven a las escuelas y a los hogares porque la educación es uno de los pilares para el cambio.
Somos las generaciones más preocupadas por la salud mental y que más hablamos sobre ellas y mostramos. Pero no somos las más respaldadas en esta materia. Seguimos en listas eternas a la espera de un servicio público fundamental que salvaría muchas vidas. Es hora de que no solo se hable del problema, también necesitamos que se trate. Porque la salud mental no es una opción. Porque pedir ayuda no puede ser una espera de 4 meses.