Me llamo Cristina, resido en Alicante y tengo tres hijos, la mediana de 6 añitos con Autismo. Yo notaba cosas desde que era pequeña, al tener un hijo más mayor, quieras o no, haces ciertas comparaciones. Cuando tenía año y medio, vimos ciertas evidencias, hacía cosas que yo veía diferentes en los demás niños y mi hermana me insistía mucho en que tenía TEA. Como madre, no me sentaba nada bien que me dijeran eso.

Cada vez que acudíamos al pediatra, me decía que no tenía nada, que ya hablaría o que ya haría todas esas cosas “normales” para su edad que ella todavía no realizaba. Una gran evidencia, es que hablaba poquito, pero decía algunas cosas típicas como gracias y, de repente, dejó de decirlas. Tenía unos tres años y fuimos nuevamente al médico, tuve que insistir mucho para que me la derivaran al neuropediatra, pero yo sabía que algo no iba bien, quería saber qué tenía para poder actuar. Nos derivaron a Atención Temprana, y con 3 años y dos meses, nos dieron el diagnóstico.

En el colegio tuvimos muchísima suerte, las profesoras se han volcado mucho con ella desde el principio y tiene el personal de apoyo pertinente (PT y AL). Al empezar esta etapa, me propusieron que fuera con los niños de un curso inferior, porque a nivel desarrollo, iba más acorde con ellos, la verdad que fue un gran acierto, debido a que tanto ella como sus compañeros están muy contentos. Además, va a un colegio ordinario, es muy positivo en nuestro caso porque copia mucho de los demás niños y esto le sirve para aprender.

El gran problema con el que nos encontramos actualmente, es que está a punto de cumplir los 6 años y nos quitan Atención Temprana; para colmo, perdemos dos sesiones porque cumple en plenas vacaciones de semana santa y no nos dejan recuperarlas.

Necesitamos que amplíen la edad de Atención Temprana, qué menos que no tener en cuenta el mes de su cumpleaños y alargarlo durante todo el año, en estos meses pueden perderse muchas citas. No es justo que unos niños reciban más terapias por el hecho de que sus padres puedan permitírselo, si no tienes esa capacidad económica, las terapias de tus hijos se limitan a las que puedas pagar, y eso no es nada justo.