Pregunta para Parlamento de Catalunya

En el instituto eché de menos tener una ayuda psicológica adecuada para tratar mi TLP, ¿por qué no se incluyen orientadores y psicólogos que acudan diariamente a los centros educativos?

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Daniela Montoya Pregunta de Daniela Montoya

Me llamo Daniela y padezco trastorno límite de la personalidad (TLP) desde la adolescencia. A pesar de ello no llegué a recibir una correcta atención psicológica u orientación por parte de ningún centro educativo. Tampoco ayudó mucho acudir al sistema de salud mental público ya que los médicos están desbordados y solo podían darme cita una vez al mes. Cuando una persona tiene pensamientos suicidas recurrentes acudir al psicólogo o al psiquiatra de vez en cuando no es suficiente. Por eso creo que sería necesario implementar la figura del psicólogo o psicóloga escolar de manera permanente para que ningún niño o niña tuviera que arrastrar traumas infantiles o problemas de salud mental graves. 

Creo que desde los colegios e institutos deberían poder detectar si alguno de sus alumnos tiene un problema y derivarlo al propio especialista del centro. Además, se tendrían que dar indicaciones a los padres para que supieran qué es lo que les pasa a sus hijos y tuvieran una orientación sobre cómo actuar al respecto. El trato de los padres durante la infancia y adolescencia es clave para el desarrollo de los niños y niñas. 

Los millennials y la generación Z tenemos normalizadas muchas conductas de nuestros padres que realmente son bastante abusivas. He visto padres castigar a sus hijos sin hablarles. Ignorar a tu hijo es una manipulación que va a provocar al niño, además de una crianza insegura, problemas de dependencia emocional y sociabilidad. Por eso, en mi opinión se debería de orientar también a los padres desde los centros educativos para tener una crianza respetuosa teniendo en cuenta las necesidades de cada niño o niña. 

Cuando yo empecé a tener problemas mis padres no sabían muy bien que hacer con las crisis y las autolesiones. Fui yo la que busqué opciones y decidí acudir a un psicólogo. En mi instituto había una psicóloga que venía más o menos una vez a la semana. Ella fue la que me recomendó buscar ayuda fuera del centro y fue cuando decidí contar a mi médico de cabecera lo que me pasaba para que me derivaran al psicólogo y psiquiatra de la seguridad social.

Cuando me diagnosticaron el TLP, mis padres buscaron información por su cuenta para saber cómo tratar a una persona con trastorno límite de la personalidad e intentar ayudarme. Lo hicieron todo de manera autodidacta porque nadie les orientó ni les dijo como debían actuar frente a determinadas conductas. 

Todavía sigue habiendo un estigma social que nos dice que los psicólogos son solo para los locos. Creo que no se le da a la salud mental la importancia que merece, yo estaba en estado crítico y solo podía ver al psicólogo una vez al mes, no me quiero imaginar el tiempo que tardarán en atender otros problemas. Si cuando nos rompemos una pierna vamos al médico, ¿por qué no podemos hacer lo mismo cuando tenemos un problema psicológico?. No podemos seguir minimizándolo porque al final de la salud mental depende todo, también nuestra salud física. Los trastornos de la alimentación son una prueba visible de esto, algo que también sufrí en mis propias carnes. 

El acoso escolar solo empeoró las cosas. Las personas de mi generación no estaban educadas como para saber integrar a aquellas personas que están pasando por una mala situación y

los profesores tampoco daban soluciones concretas ni hacían nada al respecto. Creo que en parte lo tomaban como una tontería o no le daban la importancia que realmente tenía. Me daban las típicas charlas motivacionales que invalidan todas tus emociones y sentimientos y te hacen sentir que lo que estás diciendo no tiene importancia. 

Para que nadie más pase por esto, quiero pedir al Parlament de Catalunya que se tomen medidas para proporcionar una correcta atención psicológica desde los propios centros educativos, que incluya también a las familias para que sepan como actuar frente a los problemas de salud mental que puedan tener sus hijos. 

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