A Ana Botella ni la pusieron las urnas ni la quitan las urnas. La puso el partido y la quita el partido: esto debe ser lo que el PP entiende por elección directa de alcaldes. Y el problema del Ayuntamiento de Madrid no es Ana Botella, sino 23 años de mayoría absoluta del PP.

Comenzamos la legislatura con un Alcalde interino como fue Gallardón, y acabamos con una alcaldesa interina como es Botella.

El PP no se toma en serio el Ayuntamiento de Madrid y lo convierte en un tiovivo en función de sus intereses partidistas, parece sometido unicamente a las vanidades del PP.

Políticamente consideramos que su gestión no se ha ajustado a lo que necesita una gran ciudad como Madrid, y 8 meses de interinidad como vienen ahora, no es la mejor situación para administrar los serios problemas que tiene la capital de España.