Hola, mi nombre es Diana Gómez, soy de la ciudad Bogotá y tengo trastorno bipolar. Desde muy adolescente comencé a experimentar episodios de depresión, lo más aterrador de todo, era no saber porqué, en muchas ocasiones todo se viene abajo, y simplemente queda oscuridad y tristeza o un efecto contrario, éxtasis de energía y superioridad. 

Las constantes recaídas y descontrol de emociones hacen que parezca que mi vida va en picada, muchas veces me he topado con personas que me juzgan sin saber del tema, “la enfermedad de los jóvenes” “ahora todo el mundo sufre de depresión” y, ¿si así fuera? El no saber canalizar las emociones puede volverse tóxico para la salud, el que uno se muestre sonriendo y aparentemente bien, puede ser solo una fachada para la oscuridad interna.

Con el pasar del tiempo, me quise hacer a la idea de que era solo parte de mi imaginación y que podría controlarlo con tranquilizar mi cuerpo y ser. Pero, un día, simplemente todo se salió de control y fue cuando mi familia y yo, comprendimos al fin que no era solo un momento de depresión. Era algo más complejo, recuerdo sentirme con aires de superioridad y grandeza, invencible ante el mundo. Indicadores como la falta de sueño, pero, aun así con mucha energía en mi cuerpo, era casi como un éxtasis, como tener un superpoder. 

Mi familia al ver que no podía conciliar el sueño por dos días, deciden llevarme al hospital mental del Quindío, en donde como primera instancia el personal médico, decide dormirme, pues mi cuerpo se estaba desgastando rápidamente. Al despertar, mi madre decide llevarme a Bogotá en donde comenzó la búsqueda de psicólogos y especialistas de la salud mental. Después de un tiempo de asimilar la situación, comencé con mi tratamiento, mis medicamentos y estudios. 

La bipolaridad es un trastorno que sin medicación las recaídas son frecuentes, la falta de sueño y momentos de abrumación. Los trabajos exigentes, horas establecidas y cargas laborales son un reactor para los episodios de ansiedad y depresión, por lo que decido comenzar con mi emprendimiento en redes sociales, en donde doy tips, y básicamente muestro el mundo de una persona con bipolaridad. 

Hoy soy conocida en redes como @apoyobipolaridadnany, visibilizó el trastorno de bipolaridad, eliminando tabúes y estigmas, siendo un canal de comunicación para todos aquellos quienes se sienten abrumados, solos y perdidos. Tener este trastorno, es cambiar la rutina de tu vida, no es fácil pero tampoco imposible. Dentro de la comunidad, he escuchado casos de jóvenes en los que el trastorno los ha llevado a tratar de quitarse la vida, muchas veces las personas que sufren una enfermedad mental no son escuchados por sus familias, porque los síntomas los toman a la ligera y no saben buscar la ayuda oportuna. 

La adolescencia e infancia son etapas en las que las dudas rondan por todos lados, más acerca de estos temas tan desconocidos y que generalmente son marcados como un tabú. La gente te puede decir que estás loca, porque al parecer ir al psicólogo es sinónimo de locura y de falta de atención. 

Por eso, quiero lanzar esta petición a las autoridades y al Congreso de la República. Simplemente decidimos normalizar este trastorno como un episodio temporal, en el que en muchas ocasiones tu familia se niega a apoyar y tienes que buscar ayuda por si sola o solo. Y no está mal, la ansiedad y la depresión son trastornos que tienen que ser garantes de atención médica, integral y especializada. La gente está desinformada sobre este tipo de trastornos, merece de apoyo y, sobre todo, información y orientación sobre el tema. 

Apoya y difunde esta petición, para lograr obtener una respuesta por parte de los políticos en la página de Osoigo. Si esta petición logra las 350 firmas será presentada a los Congresistas. ¡Todos podemos ayudar!