En cuanto a la deuda, es evidente que la ciudad gasta mucho más de lo que recauda y eso, sencillamente, es insostenible, por lo que habrá que prescindir de lo superfluo para no poner en riesgo lo esencial. Por ejemplo, no entiendo tanto contratado de libre designación o eventual (personal de confianza) con un cuerpo de funcionarios tan bien preparado, Yo me apoyaré, fundamentalmente, en los funcionarios existentes, prescindiendo del 90% de este "personal de confianza. Además, con el ánimo de cuadrar el presupuesto, el Ayuntamiento ha convertido a la ciudad en una ratonera de sanciones y multas, asfixiante por completo, lo cual es un claro abuso.

En cuanto al cainismo, casi diríamos que merece un estudio aparte, porque no hay nada que haga más daño a Granada que esa confrontación sistemática y estérial y, sin embargo, se mantiene a lo largo de las décadas. Yo creo que para unos y otros Granada no es un fin en sí misma, sino un medio, ya sea para llegar a Sevilla o a Madrid, es por eso por lo que no les importa, en esa dañina guerra sin cuartel, que la que sufra sea la ciudad, que ve como se quedan en el olvido magníficos proyectos gracias a esta actitud. El andalucismo, que no tiene más aspiraciones que nuestra tierra, puede ser un magnífico lubricante en este escenario. Confiamos en hacer posible un cambio de modelo, de la pelea sin cuartel al consenso, a la búsqueda de acuerdos, lo que sin duda rendundará en una mejor Granada.