Hola David, gracias por la pregunta, la he dejado para el final intencionádamente. 

Teniendo en cuenta la situación en la que nos encontramos las personas jóvenes, el acceso a la vivienda sólo podemos conseguir vía alquiler, y aún así, a día de hoy el precio está elevadísimo como consecuendia a la especulación inmobiliaria. Los fondos buitre y los bancos pueden aguantar las viviendas vacías durante un tiempo que nosotras y nosotros no tenemos, por lo que proponemos una serie de medidas para poner en circulación esas viviendas.

Existen más de 4 millones de viviendas vacías en España, nada más y nada menos que el 30% de las viviendas vacía en toda la UE, por lo tanto, lo lógico es tomar medidas para poner en el mercado esas viviendas y no el construir más, como algunos proponen al grito de "Manolo saca las grúas!" (recomendación que Felipe González le hacía a Manuel Cháves en 2009). Algunos ejemplos:

1.-Incentivar la puesta en el mercado de todas las viviendas vacías con las que se especula. Desde lo municipal, foral y autonómico, aumentando la presión fiscal vía IBI, por ejemplo (a día de hoy existen normas que constriñen esta herramienta). Que los bancos y propietarios con vivienda vacía no adscrita a un programa público de alquiler sean sancionados con recargos.

2.-Crear un parque público de vivienda en alquiler, convirtiendo tanto el SAREB como todas esas sociedades públicas urbanísticas en gestoras de vivienda pública, estableciendo alquileres que no superen el 30% de los ingresos de la unidad convivencial.

3.-Generar desde las universidades en colaboración con los ayuntamientos y el tejido asociativo parques de viviendas a precios bajos (50€ mensuales) para estudiantes a cambio de poder ser impulsores del tejido comunitario de cada barrio.  

Pero hasta que no se aborde un cambio radical de este modelo, basado en la depredación del territorio con la excusa de que es generador de grandes plusvalías, no se conseguirá una política que desligue la vivienda social del mercado inmobiliario. Es necesario avanzar en un nuevo paradigma que vea la vivienda como un derecho a techo, y no como una propiedad con las connotacines cuasi-sagradas que la misma tiene en nuestra sociedad. Las administraciones públicas tienen la misión de que ninguna persona se quede sin acceso a una vivienda, y hasta que no se asuma esto, hasta que el mundo político siga viendo la vivienda como un objeto de mercado más, no podrá conseguirse un mercado accesible para todas y todos.