Me llamo Elena y en la primavera de 2021, cuando estábamos en plena pandemia de COVID-19, me noté un pequeño bulto en el pecho. El sistema de salud estaba saturado y no daban citas presenciales. 

Tras muchas idas y venidas, por fin, y con varios meses de retraso, me dieron cita para el programa de detección "precoz" del cáncer de mama que lleva a cabo Osakidetza. Me diagnosticaron un cáncer de mama hormonal en ambos pechos.

Al poco tiempo me operaron, extrayéndome varios tumores malignos y algunos ganglios de las axilas. En la mama derecha el cáncer persistía, por lo que tuve que pasar por quirófano en cuatro ocasiones, hasta que decidieron practicarme una mastectomía unilateral. Por último, me administraron varias sesiones de radioterapia en el pecho que conservo y ahora estoy siguiendo un tratamiento hormonal.

En mi caso, he decidido no someterme a la reconstrucción de pecho, ni ponerme ningún tipo de relleno ni prótesis, algo en lo que mi médico me apoyó completamente. 

Dos son las razones fundamentales que me han llevado a tomar esta decisión: por un lado, soy consciente de que ningún tipo de implante va a sustituir mi pecho anterior. Por el otro, me parece de gran importancia ofrecer visibilidad con el fin de normalizar y naturalizar todo tipo de cuerpos, no solo los simétricos y perfectos que este sistema patriarcal nos impone. 

Por otra parte, me gustaría destacar el caos organizativo que está sufriendo desde hace un tiempo Onkologikoa, centro oncólogico de Gipuzkoa, y la nefasta gestión que se está llevando a cabo por parte de la administración en el proceso de integración del centro en el sistema vasco de salud. Dicho centro, siempre había sido puntero y un referente en diagnóstico y tratamiento del cáncer. 

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlamento Vasco que, además de destinar más recursos a la investigación del cáncer, dote a Onkologikoa de los recursos necesarios para que vuelva a dar a los pacientes la atención que merecemos, conservando el carácter monográfico, así como el trato familiar que lo ha caracterizado en épocas anteriores. 

De la misma manera, insto a que se fomente la visibilidad y concienciación de la realidad de las mujeres que hemos tenido que someternos a una mastectomía, con el objetivo de que en ningún caso, nos sintamos obligadas o se nos presente como única opción legítima, el someternos a una reconstrucción, o el ponernos cualquier tipo de implante mamario, prótesis, relleno, etc.

Queremos ser dueñas de nuestro cuerpo, rompiendo con los estereotipos estéticos vigentes.