Pregunta para Eusko Legebiltzarra
En muchas empresas por ser mujer y estar en edad fértil puedes llegar a recibir amenazas diarias y presiones. ¡Firma porque se luche desde las instituciones contra el mobbing maternal con sanciones, controles y apoyo a la mujer!
Desde Eme Abokatuak defendemos los derechos de la mujer y de la infancia. Por eso, queremos denunciar una práctica a día de hoy invisibilizada, tapada y acallada, pero que afecta a muchas mujeres: el mobbing maternal. Esto no solo les ocurre a las mujeres estando embarazadas o habiendo tenido un bebe, sino que también lo sufren muchas mujeres, previamente, por el simple hecho de estar en edad fértil y ante dicha probabilidad.
Hay mujeres que son contratadas, se desarrollan en su profesión, pero al alcanzar una edad en la que es posible que deseen la maternidad y se dan las circunstancias (por ejemplo, encuentran pareja) se encienden todas las alarmas y su relación laboral cambia: el entorno se vuelve hostil. Es entonces cuando empiezan a aparecer las presiones, pasando desde las más sutiles a las más evidentes. Comienzan las amenazas o presiones, tanto expresas o se da a entender que, por ejemplo, si se queda embarazada, su contrato no será renovado y dejarán de contar con ella, o que no podrá ascender u optar a un puesto de responsabilidad, porque estará más ocupada (culpándola incluso a ella).
Si te quedas embarazada pasa lo mismo, hasta el punto en el que, estando el ambiente tan viciado, muchas deciden no incorporarse jamás, tras el nacimiento de su bebé y cuando más lo necesitan económicamente. Se presentan muchos problemas para facilitar la prestación de riesgo durante el embarazo, acceder a permisos o licencias, …etc. Y cuando das a luz, se complica. La prestación por nacimiento es insuficiente, necesitas más tiempo para maternar y coger vacaciones, acumular la lactancia o acceder una excedencia se convierten en retos, que en realidad no tendrían que presentar ninguna dificultad, al estar reconocidas y protegidas por la Ley.
Las reducciones de jornada y el poder concretar un horario es un derecho, pero habitualmente vemos cómo este derecho es vulnerado en las empresas, sobre todo en las pequeñas, en las que las madres son más vulnerables y en esa relación doblemente de poder, reciben esa negativa sin motivación alguna. Ante lo cual, la mayoría de las mujeres no suelen llegar a demandar en el Juzgado, ya que, no encuentran fuerzas para hacerlo y, sobre todo, temen las represalias, porque tras demandar y celebrar un juicio tienen que volver a verse las caras y el retorno puede ser terrible.
El miedo a represalias o a perder su puesto de trabajo impide a muchas mujeres denunciar o demandar a su empresa y se ven obligadas a soportar este tipo de violencia. Por esto muchas mujeres acaban renunciando a su carrera, no sólo por cuidar a sus hijos y porque las ayudas en este sentido son nulas, o cuanto menos insuficientes, sino por miedo a ese acoso y ese entorno hostil que se vuelve la empresa. O incluso, hay las que optan por su desarrollo profesional y renuncian a ser madres, porque nunca encuentran un buen momento para serlo, aunque lo deseen, debido a esa presión.
Por ello, desde Eme Abokatuak queremos exigir a las instituciones un control real de este tipo de situaciones. Nos dirigimos a los miembros del Parlamento Vasco con el objetivo de que se creen unas medidas efectivas que ayuden tanto económicamente como ofreciendo el apoyo institucional necesario, a todas aquellas mujeres que sufren o tienen las características propicias para sufrir mobbing maternal. Debe haber un control hacia el empresario por parte de la Inspección de Trabajo con actuaciones (tal vez, un Departamento especial), sanciones o medidas que frenen y limiten este tipo de actitudes, que las mujeres puedan sentirse libres y arropadas a la hora de demandar ante el Juzgado o denunciar ante la Inspección de Trabajo y que su denuncia se atienda y trate con la debida eficacia y discreción. Que se exija y controle la obligación de elaborar y llevar a cabo un Plan de Prevención del acoso laboral, a todas las empresas, aunque los Planes de Igualdad no sean obligatorios en aquellas empresas que tienen menos de 50 trabajadores, siendo precisamente, donde las mujeres tienen aún más miedo a demandar, a ser madres, a conciliar…etc.
Estas situaciones se dan mucho más de lo que nos gustaría, pero apenas llegan a los Juzgados, o se hacen públicos, por ese miedo a perder su trabajo, o al maltrato y hostigamiento al que se verán sometidas a la vuelta, por lo que las mujeres se ven obligadas a vivir bajo amenazas, presiones y chantajes, y lo que es peor, renuncian a ser madres. La maternidad debería de protegerse no sólo en el papel (por Ley), también dentro y fuera de las empresas, necesitamos una sociedad que sea amable con las madres, es una cuestión de Derechos Humanos
Porque proteger a las madres/mujeres, es proteger y salvaguardar el futuro de la humanidad.