Me llamo Encarni y tengo 45 años, soy una mujer independiente y sin pareja que quiso ser madre soltera pero no lo consiguió. Inicié mi búsqueda con mucho ánimo movida por el deseo infinito de tener hijos, siempre había querido, pero mi cuerpo y la economía frenaron mis intentos. Ahora, tras varios años de dolor y pena, he conseguido encaminar mi vida sin sentirme culpable por no conseguir experimentar lo que es la maternidad, aunque todo ese amor lo reciben ahora mis animales, y el deseo de incorporar un nuevo miembro a nuestra familia. 

Comencé el camino de la infertilidad sola, no conocía a nadie que tuviera problemas de este tipo y se hubiese sometido a tratamientos de reproducción asistida… hasta que fui contando mi experiencia… y casi todo el mundo conocía a alguien en mi misma situación. Es decir, no es que no existan casos, es que no se habla de ello, y como desde pequeñas la maternidad forma parte de nuestras vidas, cuando llega el momento no piensas que esa capacidad que solo tienen las mujeres no formará parte de ti. 

Porque si, la infertilidad es muy desagradecida y muy cara. La opción de hacerlo por la seguridad social es lenta (mínimo casi 1 año de espera), y por la privada los costes son muy elevados (un tratamiento puede alcanzar los 6.000 euros), pero lo intentas porque confías en la reproducción asistida. 

Relájate, piensa en otras cosas, no te obsesiones… ¿cómo se hace eso cuando tienes que estar medicándote? Hasta que llega el día que acumulas muchas pérdidas, el dinero ya no da más de sí y tú salud mental no soporta más dolor. 

No poder tener hijos después de desearlos con todas tus fuerzas es una realidad muy difícil de similar, es como un duelo, y la sociedad no ayuda a no recordártelo. ¿Tienes hij@s? No, y con mi edad, la respuesta es un silencio incómodo de que algo ha pasado porque se considera que ser mujer es igual a ser madre. 

Es por ello, que es necesario dar mayor visibilidad a la infertilidad, para no sentirnos invisibles, que se conozca que hay mujeres que sienten en silencio una angustia personal que a día de hoy, se da con bastante frecuencia y quien solo lo sufre puede comprenderlo. Porque las técnicas de infertilidad no son siempre efectivas, y no están al alcance de todas las economías. 

Y a quien lo viva tendrá un sentimiento de derrota, no lo aceptara, e intentará buscar culpables en si mismas, ¿por qué yo?, ¿qué he hecho mal? Hasta poder acabar en un estado de depresión. 

Al final, hay que buscar ayuda psicológica para conseguir superarlo, rodearse de gente que te comprenda sin juzgar, e invertir todo ese amor y cuidado en tus seres queridos. Familia, amigos, mis animales, y un posible miembro que esperemos pueda incorporarse muy pronto, y para el que ya están los trámites iniciados.