El activo más valioso de la sanidad pública somos los profesionales que trabajamos en ella. Entiendo que estarán de acuerdo en que somos la “primera línea de fuego” y nuestra opinión es relevante. Mi nombre es Marcos, y soy enfermero en el Hospital la Paz de Madrid con un contrato temporal. En el último mes se nos han ido unas seis personas al hospital Zendal mediante traslado forzado.

Yo trabajo en una UCI que tiene 20 camas disponibles de las que sólo podemos abrir 14 porque no hay personal suficiente ya que se lo han llevado al Zendal. Entre auxiliares y enfermeras, en mi unidad echamos en falta 15 profesionales que no tuvieron ni voz ni voto respecto a su traslado al hospital de pandemias. La compañera Inma Pardo, ha contado en los medios, la llamada de amenaza que han sufrido muchos sanitarios: “Si no vas mañana al Zendal, estás despedida”. 

Lo mismo le ocurrió a mi compañera Marina, que le notificaron hace tres días a las 19 de la tarde que al día siguiente tenía que estar trabajando en el Zendal a las 8 de la mañana, es decir, con menos de 24h de diferencia. Si se negaba, la sancionarían con un año sin poder trabajar en la Comunidad de Madrid. Mi equipo se vio afectado por este traslado forzado ya que tuvimos que cubrir sus turnos con el propio personal voluntariamente.

La sanción por rechazo de plaza en un hospital no es algo nuevo. La novedad radica en que, hasta ahora, te sancionaban un año si, estando en paro, rechazabas un contrato. Sin embargo, ahora la sanción se está aplicando a profesionales que cubren plazas muy necesarias en otros hospitales madrileños. Desde luego, el nivel de crispación entre los profesionales sanitarios ya es bastante elevado como para que ahora jueguen de esta manera con nuestras condiciones laborales. Unas condiciones que están muy por debajo en comparación a otras comunidades autónomas y que ya venimos denunciando hace tiempo. 

Por otro lado, el Hospital Zendal se planteó como una solución a los problemas de sobreocupación en los hospitales madrileños ya existentes. Nada más alejado de la realidad. Cuando un paciente del Zendal pasa a estado crítico, nos lo derivan a un hospital de referencia que cuenta con todos los medios disponibles. Además, si en lugar de contratar personal, trasladas a los sanitarios imprescindibles de un hospital a otro, dispersas el problema, no lo solucionas. 

Este sistema de sanciones tan sólo beneficia a la sanidad privada. Ya que es la opción que le queda a muchos sanitarios que no pueden trabajar en la pública por haberse enfrentado a la coacción de su traslado al Zendal. Un hospital que duplicó su presupuesto inicial. Una inversión de 100 millones que podría haberse destinado a reforzar las plantillas en los hospitales existentes. 

Políticos de la Asamblea de Madrid, solicitamos que retiren la sanción por rechazo al traslado además de que nos escuchen sobre la urgente necesidad de contratación de profesionales sanitarios. En plena tercera ola, necesitamos que nos escuchen y gobiernen atendiendo las necesidades sanitarias.