Pregunta para Congreso de los diputados
Soy Enrique, trabajo como técnico sanitario y tengo Parálisis Cerebral. La crisis del COVID-19 ha dejado en desamparo a muchas personas con discapacidad. ¿Cuándo se preocuparán de proteger a los más vulnerables?
Mi nombre es Enrique Bernabéu, tengo 28 años y resido en Alicante. Creo que a día de hoy las personas con discapacidad somos un colectivo invisible a ojos de la ciudadanía y los políticos. Trabajo como técnico socio-sanitario y, durante la crisis del COVID-19, he sido testigo de las necesidades de las personas con discapacidad y de su desamparo.
Como persona que tiene parálisis cerebral, quiero contar mi historia, para así romper los estigmas que hay con respecto a la discapacidad y hacia el colectivo LGTBI+, y concienciar sobre la situación que hemos vivido durante el Estado de Alarma.
Actualmente trabajo en un centro de atención a personas con discapacidad física u orgánica, formo parte de la COCEMFE Alicante, y participo en eventos y charlas para romper prejuicios y estigmas hacia estos colectivos. Todas estas acciones surgieron con afán de ayudar a los que como yo sufren una discapacidad y con el objetivo de evitar que se repitieran situaciones por las que yo pasé anteriormente.
Mis padres tuvieron que luchar mucho para recibir un diagnóstico que explicara lo que me sucedía. Pasaron bastante tiempo entre un vaivén de médicos, visitas a asociaciones España así como distintas operaciones quirúrgicas, hasta dar con el diagnóstico de que padecía Parálisis Cerebral.
Pese a las recomendaciones de que ingresara a un colegio de Educación Especial, mis padres consideraron que uno ordinario podía ser mucho mejor para mí, así que con 6 años ingresé en un colegio de grandes dimensiones. Muchos de los niños vieron que no caminaba de forma adecuada, y padecí algunas situaciones de Bullying. Llegó un momento en que ya no quería ir a la escuela, y eso hizo que mis padres se plantearan si habían cometido el error de inscribirme en un colegio ordinario. Finalmente, me cambiaron a una escuela mucho más pequeña, en la cual me sentí como en casa, como estando con una gran familia.
Cuando crecí, supe que no quería que nadie más pasara por lo que yo, así que decidí actuar. Por este motivo, y para comprenderme más a mí y al mundo de la discapacidad, estuve muchos años estudiando y finalmente me saqué los títulos de Auxiliar de Enfermería, Atención Socio Sanitaria e Integración Social. Quería dar voz y ayudar a los que eran como yo.
Actualmente trabajo en el centro Fundación Juan Carlos Pérez Santamaría, un centro de atención a personas con discapacidad física u orgánica. Ante la crisis del COVID-19, hemos visto como muchas personas no tenían un hogar donde pasar la cuarentena, ayudas de personas que pudieran cuidar de ellas ni recursos para subsistir por ellas mismas. Nos hemos visto desbordados de trabajo, sobre todo las primeras semanas del Estado de Alarma.
Eso ha servido para darnos cuenta que el colectivo con discapacidad ha sido uno de los grandes olvidados por parte de Sanidad.
En esta crisis se ha demostrado que la sanidad es algo vital y necesario. Debemos preservarla y garantizar su calidad, destinando más recursos para mejorar algo tan esencial como es la sanidad pública, y sobretodo proteger a los más vulnerables.
Por este motivo, me dirijo a los Políticos del Congreso de los Diputados, en nombre de todas las personas que sufren algún tipo de discapacidad, para que respondan a mi pregunta y se comprometan a garantizar un sistema de salud público que cubra todas sus necesidades, para que no vuelvan a sentirse desamparadas.