Hay mucho margen de mejora para el duelo perinatal desde la voluntad política de las administraciones públicas
Estimada Nereida,
no conocía tu caso y no puedo más que solidarizarme con vosotros por lo que habéis pasado. Siento muchísimo el fallecimiento de vuestra hija.
No hace falta que explique aquí lo que dice el Código Civil al respeto porque a buen seguro lo conocéis y no creo que mi papel sea incidir en ello. Además veo que el Gobierno ha respondido con esa información en este mismo portal.
Solo haré mención a lo que se establece para aquellos fallecimientos que se produzcan con posterioridad a los seis meses de gestación y que no cumplieran las condiciones previstas en el artículo 30 del Código Civil (la personalidad se adquiere en el momento del nacimiento con vida, una vez producido el entero desprendimiento del seno materno).
En este momento, no tengo constancia de que el Gobierno esté trabajando en una reforma del Código Civil que cambie esa consideración, puesto que parece un consenso bastante amplio a nivel político y jurídico que aquellos bebés que nacen sin vida no sean considerados personas jurídicas y, por lo tanto, figuren en el registro civil, sin efectos jurídicos, cuando haya habido más de seis meses de gestación.
La otra cuestión es lo que conocemos como duelo perinatal y aquí creo que sí hay mucho margen de mejora desde la voluntad política de las administraciones públicas. Esta semana mismo hemos conocimos una sentencia en Cataluña que reconoce a un padre el permiso de paternidad tras el nacimiento de su hijo sin vida. Esto me parece un gran avance y debemos seguir en ese camino.
Otro camino que hay que seguir recorriendo es el de los centros hospitalarios y la necesidad de que dispongan de protocolos adecuados que respeten y acompañen el proceso de duelo al que os veis sometidos tras la pérdida.
Os mando un abrazo grande.
Partekatu
Una preciosa niña nació el 12 de julio de 2022 a las 40 +4 semanas. Nuestra hija Eyra, con 54 cm y 3,250 gr de peso, un bebé perfecto, con mucho cabello, orejas pegaditas, largas pestañas, una nariz chiquitita, los morritos de su papá y una barbilla como la mía, la de mamá y su abuelo.
Ella es quien nos otorgó el título de ser padres, y nuestro deseo, como el de muchas otras familias en este duelo, es que pueda ser reconocida como parte de nuestra familia, como hija, hermana mayor, nieta, sobrina, prima…
Por eso lanzamos esta petición, para que los bebés nacidos sin vida puedan ser inscritos en el Libro de Familia, que se nos permita darles un nombre, unos apellidos, y que sean reconocidos socialmente como el amor que sentimos por ellxs. El poder solo registrarlos en un legajo y acta denominado “de Criaturas Abortivas o restos humanos abortivos” no confirma su existencia como hijx, ni valida nuestro dolor.
Necesitamos urgentemente una modificación legislativa para que se reconozca el derecho de poder incluir al bebé fallecido como miembro de la unidad familiar, y que se agilice su burocracia.
A las familias se nos para la vida, no sabemos de dónde sacar las fuerzas para continuar, y encima tenemos que enfrentarnos con el desconocimiento absoluto por parte de la seguridad social y de la sanidad pública de la documentación que se tiene que presentar para justificar que hemos dado a luz. Otra lucha en la que la muerte del bebé, no convierte al padre en su progenitor y por tanto carece de derechos sociales como tal.
Por toda esta injusticia damos a conocer nuestro caso, para que muchas otras familias no tengan que pasar por este calvario. Necesitamos dar voz a esta realidad, y hablaremos de Eyra lo que haga falta con total naturalidad, con amor. Aunque haya nacido muerta, no es una pérdida, ha existido, y nuestros recuerdos son de ella en la barriga junto a su padre.
Yo Nereida, soy madre, y hablo de mi hija aunque a muchxs les pueda resultar incómodo. Igual de respetable tiene que ser el querer hacerlo como el que no, y por ello necesitamos que se validen nuestros sentimientos, no es una cuestión de pasar página, de dar lastima, es de que nos apoyen.
Quienes no han pasado por esto, no se plantean una posible muerte de su bebé, esperan vida, y el shock de conocer que tienes que dar a luz a pesar de todo, te impide escuchar la buena fe de quienes quieren ayudarte a gestionar el futuro duelo.
Ser consciente de su nacimiento, cogerlx, el poder pasar tiempo con él/ella, fotografiar ese momento de amor de unos padres a su hijx, la creación de recuerdos, de su existencia… deberían formar parte de un protocolo del que se informara previamente durante el embazo. Más miedo se tiene al no poder retroceder en el tiempo, que a ser previamente informado de una posible realidad.
Por Eyra, y por todxs los bebés Estrella, queremos que nuestros hijxs sean reconocidos en el Libro de Familia con nombres y apellidos. Han nacido, han existido, los amamos y nunca les olvidaremos.
Batu zaitez Osoigora