Me llamo Esther, tengo 40 años y resido en Barcelona. Toda mi vida me he sentido un bicho raro, como que no encajaba en ningún sitio, pero no me diagnosticaron hasta los 40 años. Después de varias bajas largas por diferentes motivos como estrés, ansiedad, vértigo… en el año 2019 estuve con rigidez muscular, lo cual me impedía moverme, en ocasiones de forma parcial, y en otras, de forma total.

Tras diferentes pruebas físicas, todas ellas de resultados negativos, que terminara tomando una medicación para la ansiedad y el vértigo cervical; empalmé esta última baja con una operación y el confinamiento, lo cual agravó todos mis síntomas a muy altos niveles: ansiedad, urticaria… cuando pudimos salir nuevamente, me costó muchísimo, toda mi vida me había resultado difícil, pero en  ese momento, se me hacía imposible establecer una rutina. Empecé a mirar distintos logopedas por internet y fue cuando descubrí que seguía teniendo dislexia, esta nunca desapareció, que no solo es una dificultad en la lecto-escritura, sino que también conlleva complicaciones a la hora relacionarse socialmente. Me diagnosticaron a los 9 años y que cuando llegara a adulta se me curaría, TODO MENTIRA, naces y mueres con ello, aprendes a vivir con ello.

A raíz de descubrir esto, me puse a investigar donde solicitar información y un nuevo diagnóstico, contacté a través de una red social con una asociación de una comunidad autónoma vecina a la mía, el chico me puso en contacto con una asociación de mi ciudad. Cuando tuve el contacto con la presidenta de la asociación, fue ella la que me comentó que, por todo lo que le contaba, si me había planteado mirar si tenía TDAH. Mi respuesta: Que va! Si yo no soy una persona muy activa y mucho menos movida; justo energía es lo que no tengo; así que me puso en contacto con un centro y allí finalmente me realizaron el estudio y recibí mi diagnóstico.

Lo más complicado del día a día es la organización, la planificación, la gestión del tiempo, que todo esté controlado; me pasan cosas como dar mil vueltas para hacer el desayuno, y darte cuenta de que has puesto la cafetera sin agua o sin café. A nivel laboral, ya ni os cuento, termino tan agotada que llego a casa sin fuerzas de cocinar y muchos menos de gestionar un nuevo día, por lo que llego a quedarme sin comer, llego a olvidarme de hacer la compra…y esto es día tras día; otra de las cosas que no se hacen fácil en el día a día, es el hecho de irte dando golpes por todos lados y tropezando por no tener noción del espacio y cuando intentas dormir… es misión imposible, tu cabeza le da vueltas a todo de forma constante. En lo referente a las relaciones sociales, soy incapaz de iniciar una conversación o mantener la atención, a no ser que sea mí interés, caso en el cual puedo estar hablando durante horas, lo que me ha traído conflictos y hasta ahora nunca supe por que, siempre interrumpo o me quedo callada, por no hablar de procesar la información, me cuesta enormemente, resulta tremendamente agobiante para mi vivir situaciones así, pues la gente habla y me cuesta entender y procesar lo que se están diciendo y lo que sucede a mi alrededor.

El tema médico es complicado, mi diagnóstico lo recibí por parte de la sanidad privada, y no recibo terapias actualmente porque no me las puedo costear; me siento totalmente incomprendida, tanto a nivel personal como a nivel laboral, aunque es cierto que en mi entorno más íntimo, los pocos que lo saben, me dan su apoyo y ofrecen su ayuda, preguntando como pueden hacer que para mi vida sea mas fácil. Si me hubieran detectado TDAH mucho antes, cuando era niña, creo que todo hubiera sido muy diferente, me hubiera evitado muchas etiquetas que me ponían de niña como torpe, distraída, vaga, tonta, despistada… las cuales, evidentemente, me acababa creyendo y me las decía yo también, además, podría haber buscado ayuda mucho antes y haberme tratado con anterioridad.

Necesitamos profesionales especializados y actualizados en TDAH y en otros trastornos o condiciones, la salud mental es la gran olvidada de la sanidad. También apoyo económico para poder acudir a terapias, ya sea a nivel psicológico, farmacológico, psiquiátrico, sensorial o conductual; tanto en pediatría para su diagnóstico y tratamiento temprano, como para los adultos que hemos tenido que sobrevivir en un mundo donde ni éramos entendidos y que nosotros mismos no comprendíamos. Queremos que se reconozca que somos personas con una discapacidad-dificultad social añadida, para la cual, la sociedad no está adaptada. El TDAH te acompaña siempre, pero pueden obtenerse muchas mejoras con un diagnóstico temprano y las terapias y apoyos adecuados.