Pregunta para Parlamento de Andalucía
La violencia machista puede prevenirse desde la infancia, ¿cuándo se educará con perspectiva de género?
Me llamo Esther Martínez y trabajo como Psicóloga. Estoy especializada en psicología jurídica y forense y en mi perfil de instagram "psico.emart" trato de hablar de temas que tienen relación con esta rama de la psicología, entre los que se encuentra la violencia de género. Busco acercar esta rama de la psicología a la población para intentar combatir la violencia de género. Todo lo que cuelgo a través de mis redes es de forma gratuita y divulgo aquello que creo que la gente debe de conocer, tengan o no formación en psicología. Mi objetivo es que cualquier persona pueda leer mis publicaciones y entienda lo que quiero transmitir.
A lo largo de la vida de la cuenta de instagram, muchos/as estudiantes me consultan para plantearme sus dudas sobre cómo y dónde estudiar psicología jurídica y forense. A su vez, muchas mujeres me escriben dudas porque, o bien han sufrido violencia de género, o han tenido experiencias negativas con parejas, o creen que han podido ser maltratadas, especialmente contándome experiencias de violencia psicológica. Se abren a mí y me cuentan sus problemas buscando ayuda.
Por otro lado, otro tema importante sobre el que intento divulgar es sobre el ciberacoso. Es un problema actual que está muy extendido entre las parejas jóvenes ya que el acceso al medio con el que se realiza es muy fácil, cualquiera tiene un móvil o un ordenador. Mi recomendación para las víctimas que están sufriendo este tipo de acoso es que, si les es posible, acudan a terapia psicológica. Pueden existir situaciones en las que no pueden permitirse acudir a una terapia porque podría suponer un riesgo si se llega a descubrir en su casa (como por ejemplo en casos de violencia de género). Por estos motivos, trato de derivarles hacia la terapia o hacia algún grupo de apoyo. Lo fundamental es que cuenten su problema y que dejen de guardar silencio. Cada persona tiene una situación, unas características concretas y hay que adecuar las ayudas a sus circunstancias particulares.
Todo está en la educación, por mi experiencia profesional parto de la base de que no solo hay que educar en el colegio, también en las familias y en los grupos de iguales. Por ejemplo, si un niño o niña recibe una educación feminista en casa y aprende que expresar las emociones es algo positivo, pero después en su grupo de amistades otro niño o niña cuenta que en su casa le dicen que no hay que llorar, los niños y niñas tiene dudas sobre lo que tienen que hacer o a quién hacer caso. Hay etapas en el desarrollo de los jóvenes en las que se identifican más con su grupo de iguales que con su propia familia.
Para que tengamos una sociedad igualitaria, es necesaria una educación integral desde todos los ámbitos, algo difícil de conseguir, pero sería lo ideal. En las escuelas se deberían incluir programas de expresión de emociones, de igualdad, y hacerlo también desde casa y desde otros ámbitos. Para un buen desarrollo emocional en la infancia es importante que no existan los temas tabú, para que así podamos hacer prevención de muchos problemas.
Yo estoy enfocada en temas de violencia de género y por eso quiero reivindicar que hay un problema de base por el que las mujeres no se atreven a denunciar. No denuncian muchas veces por miedo y por muchas variables que les impiden llegar a interponer la denuncia. Tenemos que hacer un esfuerzo por parte de las instituciones y por parte del contexto que rodea a estas mujeres para facilitarles el acceso a esa denuncia. Muchas veces se sienten desprotegidas. Se encuentran muchos casos de mujeres que no denuncian por miedo y sus historias terminan de manera trágica sin que llegue a activarse un protocolo de protección. Pero tenemos que tener en cuenta que si no hay denuncia, no se activa el protocolo. En algo estamos fallando para que las mujeres no se atrevan a denunciar. Debemos promover que las mujeres denuncien, es la única forma de activar el protocolo de protección y de poder ayudarlas.
Por todos estos motivos, pido al Parlamento de Andalucía que fomente en las aulas una educación con perspectiva de género. Para cambiar estas situaciones hay que educar en el feminismo y tiene que ir todo unido. Todo empieza en la infancia.