Pregunta para Parlamento de Andalucía

Residimos en un pueblo pequeño con un centro único, mi hijo ha sufrido acoso escolar y el colegio lo ha negado. ¿Cuándo van a poner en práctica adecuadamente el protocolo de acoso escolar?

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Lidia López Pregunta de Lidia López

Me llamo Lidia, resido en un pueblo de 3-4 mil habitantes de Andalucía y tengo un hijo de 12 años que ha sufrido acoso escolar. Vivíamos en Madrid, pero la llegada de la pandemia, precipitó nuestro traslado; mi niño nunca había tenido problemas en el colegio hasta que llegamos al pueblo, fue durante los cursos de quinto y sexto de primaria. En un primer momento, veíamos cosas puntuales, insultos o comentarios despectivos que nos contaba, pero poco a poco la situación fue desbordándose; nos decía, que por más que se lo contaba a los profesores, éstos no le hacían ni caso, incluso en alguna ocasión, llegaron a llamarlo acusica o decirle arreglarse entre vosotros o bien no quiero problemas, etc.

La principal dificultad ha sido que no podíamos cambiarlo de colegio, una comunidad pequeña de la famosa España vaciada, tiene un centro único, no era posible para nosotros barajar la opción de llevarlo a otro pueblo. El acoso se presentaba en olas, uno empieza y los demás se suman; la cosa fue a más y las agresiones verbales llegaron a ser físicas, pero ya no era solo eso. Mi hijo se lesionaba las manos cuando había un incidente, nos suplicaba para que no lo lleváramos a clase; un día nos confesó avergonzado, que durante un recreo, le llegó a decir a una maestra, que si la situación seguía así, él no quería vivir, una vez más, lo ignoró. Por más que se informó al centro de forma escrita y oral de la situación de acoso, solo conseguimos la negación de la situación, y además, en una reunión se nos exigió que reconociéramos que nuestro hijo mentía para poder sentarnos a hablar.

Reforzados los niños que ejercen violencia sobre otros por la inacción del centro, llegaron las amenazas como “si no puedo pegarte aquí, te pegaré fuera”, “esta tarde te pegarán en el entrenamiento de fútbol”. Entonces, aparte de no querer ir al colegio, se sumó no querer ir a las actividades extraescolares encerrándose en sí mismo.

Tras de una agresión física que se produjo delante de 14 compañeros, se abrió el protocolo de acoso escolar, pero ha sido contraproducente, éste ha reforzado a los agresores y apoyados por el discurso del colegio: “ todo ha sido evaluado por especialistas y como no hay ningún testigo no ha pasado nada es solo un problema de convivencia”. Centros y agresores, se pusieron de acuerdo para establecer que nadie vio nada durante dos años. Lo más importante: "salvar el prestigio” de profesores y directivos.

Necesitamos que se exija formación en los centros para directivos, profesores, ampas y alumnos sobre la gestión de la violencia en las aulas y control sobre esa formación por parte de los inspectores. Los protocolos de acoso escolar no sirven, los colegios son juez y parte; los pueblos pequeños tienen centros escolares únicos y negacionistas, los padres NO TENEMOS ALTERNATIVAS.

Los colegios deben ser sitios seguros donde no se permitan agresiones de ningún tipo, ni psicológicas ni físicas. El acoso escolar se detiene con prevención, nada más.  Un niño o un joven tiene una fragilidad emocional que debe ser respetada y considerada, y si ignoramos esta naturaleza, podemos ser responsables de desenlaces trágicos.  En la España vaciada también hay acoso escolar.

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