Hola, soy Félix. Junto a Beatriz, mi pareja, recibimos en nuestra casa en julio de 2016 a un niño como padres de acogida que somos.  Poco después llegó su hermanito, que tenía poco más de un año. Nuestra vida cambió por completo, aumentamos la familia y fuimos haciendo frente a lo que venía, ya que en cuatro años pasa de todo, especialmente con la familia biológica, ya que tenemos una hija. 

Todo empezó a cambiar cuando en 2019 los dos pequeños salieron en adopción, habiendo varias familias para acogerles, pero se frustraron por diversos motivos». A todo esto, los niños iban superando sus problemas, especialmente el mayor en cuestiones educativas.

Tal es así que en el verano de 2020, después del confinamiento, nos dijeron que se estaba estudiando la acogida permanente. En agosto la profesional de la Junta de Castilla y León nos comentó que la firmaríamos en septiembre. Ese estatus no supone gran cosa, porque si surge una familia de adopción la Junta interpreta que es lo mejor, pero es un paso. De hecho nosotros lógicamente comenzamos, después de trasladárselo a los niños, a hacer planes y planificaciones, como la elección del colegio.

Hasta que en octubre llega un desenlace tan desagradable como inesperado. De golpe y porrazo, en vez de decirnos que vamos a firmar la acogida permanente, nos dicen que ha surgido una familia y los niños se marchan en pocos días sin saber si sabremos algo más de ellos. En ese último año, desde octubre de 2019 hasta octubre de 2020 ningún técnico vio a los menores, el único contacto era por mail.

Ante esta situación y aún encajando el golpe acudimos al Procurador del Común para que ejerciese de mediador, y nos dio la razón, pero a la Junta no le importó. Los niños, que tienen ahora seis y cinco años, volaron del hogar sin tiempo para grandes alardes. Nosotros sabemos en todo momento que la acogida era temporal, que no eran nuestros hijos, nadie te quita nada que no es tuyo, pero esta etapa si tenía que acabar queríamos tener la certeza de que era lo mejor para ellos. Desde la Junta de Castilla y León se ha impuesto la mala praxis, sin fijarse en lo que convenía a los niños.

Nuestro objetivo es que ésto no vuelva a pasar. La administración tiene algo que hacer, que tengan a los niños como lo principal de su gestión y que se busque lo mejor para el menor.

Estamos seguros de que afrontar esta situación se encuentra en los planes de algunos políticos, pero necesitamos soluciones cuanto antes: les instamos a que rubriquen sus compromisos en este asunto.

A todos los demás os agradezco mucho el apoyo a este tema, pidiendo que lo difundáis por todas vuestras redes. Juntos lo conseguiremos. Muchas gracias a todos y todas.

Súmate a esta iniciativa ¡todos ganamos!