Pregunta para Cortes de Aragón
Soy Fernando y tengo Enfermedad de Crohn. ¿Cuándo contaremos con dietistas y psicólogos en los hospitales que nos ayuden a tratar nuestra enfermedad, en vez de experimentar con tantos tratamientos?
Mi nombre es Fernando, tengo 27 años, soy de Zaragoza y padezco la Enfermedad de Crohn, una enfermedad genética y crónica que se presenta cuando el sistema inmunitario del propio cuerpo ataca por error y destruye el tejido corporal sano.
Me diagnosticaron la Enfermedad de Crohn hace dos años, aunque los síntomas aparecieron hace más de 15, cuando tenía unos 12 años. Siempre he tenido un dolor intestinal agudo y constantes diarreas. Los médicos me decían que tenía gastritis, pero no era posible que esta fuera permanente, así que lo achacaron a características como la timidez y los nervios. Finalmente lo acepté y aprendí a vivir con ello.
Hace unos años tuve un acceso rectal y una fístula. Pasé por 3 intervenciones quirúrgicas distintas, y me dijeron que esto solo solía pasar a pacientes de unos 50 años de edad. El cirujano me hizo una colonoscopia, y los resultados determinaron que padecía Enfermedad de Crohn.
Empezaron a tratarme con corticoides, el tratamiento básico para las enfermedades autoinmunes, pero que no las soluciona. Sin embargo, los efectos secundarios fueron muy duros: empecé a coger muchos kilos, me dolían las articulaciones, y me sentía el cuerpo como el de una persona de avanzada edad. El tratamiento con corticoides no puede durar mucho tiempo.
Empezaron a probar con distintos tratamientos para ver cuál me iba mejor. En una ocasión, después de los tres días de probar uno, tuve que ir a urgencias porque me había sentado muy mal. Van probando y experimentando contigo, y al final te sientes abandonado.
Una de las cosas que echo en falta es que los médicos te pregunten por el tipo de dieta que sigues y si haces deporte. La alimentación y el ejercicio físico son fundamentales para la estabilidad del paciente de Crohn, y parece que los especialistas no les prestan la suficiente atención. Puede que estuviera comiendo hamburguesas todos los días (lo que tendria efectos devastadores) y los médicos no lo sabrían.
En mi caso, empecé a seguir una buena dieta (por mi cuenta) haciendo también ejercicio, y empecé a encontrarme mucho mejor hasta día de hoy.
Considero que en los hospitales, en vez de experimentar con distintos tratamientos, deberían de proporcionarnos un servicio de dieta para mejorar nuestra calidad de vida. Es algo fácil y económico que puede resolver muchos de los problemas que tenemos, pero que se pasa por alto. También el apoyo psicológico es muy importante para evitar la aparición de nuevos brotes.
Así pues, considero que la investigación es fundamental para encontrar la cura a nuestra enfermedad, pero también se debería de prestar la atención que merece la alimentación e introducir dietistas que nos pudieran tratar. Solo así conseguiríamos que la vida de los enfermos de Crohn mejorara drásticamente.
Siendo de Zaragoza, me dirijo a los Miembros de las Cortes de Aragón para que tengan en cuenta esta situación e introduzcan dietistas para tratar el Crohn.