Pregunta para Asamblea Regional de Murcia
Los profesores no se pueden seguir limpiando las manos. ¿Cuándo se tomarán medidas efectivas para parar el bullying y el acoso?
Mi nombre es Francisco, tengo 18 años y llevo años afrontando acoso y bullying. Sea por mi cuerpo, porque tengo la nariz grande o por mis problemas de salud, he tenido que soportar burlas y abusos por parte de compañeros por años.
Desde muy pequeño, desde los primeros años del colegio, tuve una profesora que me cogió manía. Desde ese momento empezó mi experiencia con el acoso y bullying. Algunos de mis compañeros de clase se empezaron a meter conmigo y se dedicaron a hacerme sentir mal. No solo chicos, sino también chicas. Incluso compañeros de otros cursos se empezaron a meter conmigo. Me insultaban, me pegaban, me ponían la zancadilla en la escalera y siempre me dejaban apartado.
A pesar de que mi madre y otros familiares fueron en numerosas ocasiones a denunciar la situación al colegio, nunca pasó nada. El colegio nunca hizo nada. Nunca se pasó la información a la policía ni se hizo nada al respecto. Todos se limpiaban las manos.
Y aunque el colegio no tomó acciones, en los últimos años de primaria e inicios de la ESO las cosas empezaron a cambiar. Conforme iban siendo mayores, estos compañeros se iban dando cuenta de lo que habían hecho y ya no se metían tanto conmigo. Además, gracias al consejo de un buen amigo y al apoyo de maravillosos compañeros que me llenaban por dentro, me empecé a defender y las cosas empezaron a mejorar. Me apoyaba en mis amigos, los justos y necesarios.
Sin embargo, cuando pasé a un módulo de un grado medio para una formación profesional volvieron los acosos. Ahora mismo, a raíz de este acoso, no me siento cómodo en clase. Hay una persona que siempre se me encara o me levanta la mano con cada cosa que hago. Yo no quiero problemas, pero hay veces que no paran de decirme tantas cosas que es que no me dan ganas de ir al instituto.
Además, a causa de que sufro un problema de salud y a veces tengo que faltar a clase por ello, hay unos compañeros que no paran de reírse y de decirme cosas como, “Ojalá que te mueras ya”, “Estás haciendo a la profesora perder tiempo de la clase”, “No te inventes más cosas” o “Salte del módulo”.
Pero el bullying y el acoso no deberían ser preocupaciones constantes para mí ni para otros niños y jóvenes. Las instituciones educativas no se pueden seguir limpiando las manos. ¿Por qué los mismos profesores no toman medidas efectivas ante las denuncias? ¿Por qué no se expulsa o sanciona a los acosadores? ¿Por qué no se llama a las autoridades para reportar los casos de acoso?
Hoy acudo a Osoigo para preguntar, ¿qué más tiene que pasar para que se le haga frente al bullying y al acoso?