Pregunta para Asamblea de Madrid

En verano muchas familias no se pueden permitir el coste de los campamentos inclusivos. ¿Por qué no se subvencionan las actividades y terapias con animales para niños y niñas con necesidades especiales?

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fueradeserie Pregunta de fueradeserie

Las terapias asistidas con animales entran dentro del marco de Intervenciones Asistidas con Animales junto con la educación asistida con animales y las actividades asistidas con animales. Pero aunque puedan confundirse, son cosas distintas y es importante señalar sus diferencias. En el caso de las terapias asistidas con animales, la persona que acompañe al animal será un sanitario (fisio, psicólogo) en el caso de educación, el profesional será alguien del área pedagógica. 

En las actividades asistidas con animales no hay un objetivo terapéutico, sino más bien lúdico, de pasar un buen rato. Dentro de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) las más conocidas y que tienen más demanda son las Intervenciones Asistidas con Perros (IAP) y las Intervenciones Asistidas con Caballos (IAC). En el caso de las IAC está por un lado la EQUINOTERAPIA, actividad ecuestre dirigida a personas con diversidad funcional. La equitación es un poderoso medio de desarrollo personal. Es una actividad que se lleva a cabo al aire libre, en contacto con la naturaleza y los animales en un entorno relajado. El caballo es absolutamente motivador para el usuario y genera de forma inmediata un ánimo claro de participación en las sesiones. El objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con diversidad funcional y dotarles de la máxima autonomía para poder llevar a cabo las actividades de la vida diaria, lograr, en la medida de lo posible, su integración social y laboral, favorecer su desarrollo personal y fortalecer su autoestima y seguridad a través del vínculo con el caballo. 

El caballo al montarlo, transfiere tres principios con altos beneficios: La transmisión de su calor corporal favorece la relajación muscular. La transmisión de impulsos rítmicos activa el sistema nervioso simpático. La transmisión de un patrón de locomoción tridimensional similar al de la marcha humana (este patrón se automatiza con el tiempo, es como si caminamos mientras estamos sentados). Mejora: Equilibrio, coordinación, psicomotricidad (fina y gruesa), postura y esquema corporal, marcha y fuerza, sistema propioceptivo, patrón de locomoción. Regula el tono muscular. Fomenta reacciones de apoyo y enderezamiento. Estabiliza tronco y cabeza. Incrementa elasticidad, agilidad, control de habilidades motoras, resistencia a la fatiga y ejercicio cardiopulmonar. Estimula: Peristaltismo, sistema cardiorrespiratorio.

Por otro lado está la Psicoterapia Asistida con Equinos (PAE). En este caso el usuario se beneficia de la interacción con caballos. El caballo es un excelente facilitador para iniciar un proceso terapéutico. Es un animal de presa que vive en manada y su supervivencia depende de todos los integrantes de la misma. Por sus características como especie y por cómo tienen desarrollados sus sentidos, los caballos siempre viven en el momento presente. La interacción con ellos coloca a las personas en el “aquí y ahora”. Mediante la interacción con caballos se trabajan aspectos de la personalidad a nivel integral

Autoconocimiento, autoestima, confianza, comunicación, responsabilidad, empatía, socialización. La Psicoterapia Asistida con Caballos permite tratar algunos trastornos de la salud mental, emocional y necesidades específicas del desarrollo humano como: gestión de emociones, trabajar la inseguridad, ansiedad y miedos, reafirmar la autoconfianza, tomar conciencia de la situación actual para llegar a la situación deseada, trastornos depresivos, problemas de conducta, necesidades de comunicación, trastornos de estrés postraumático, adicciones, entre otros. 

Por otro lado, se encuentra la terapia asistida con perros. Esta terapia tiene varios objetivos, no sólo en el aprendizaje o la rehabilitación, sino que también es útil a nivel psicológico, cognitivo o psicomotriz. Estos son algunos de esos objetivos: Disminuir la ansiedad, el estrés y la depresión del paciente. Aumentar la autoestima y la autonomía. Reforzar el sentido de la responsabilidad. Estimular las habilidades de comunicación y relación personal. Progresar en las relaciones y habilidades sociales: interés por los demás, empatía. empujar a la realización de actividades motrices concretas. Además, el vínculo que se crea entre el perro y la persona nos enseña valores como la compasión, el amor incondicional, el respeto, la responsabilidad o la empatía, imprescindibles para el crecimiento personal. Afectan de manera positiva al estado de ánimo. Alivian la preocupación. Aportan seguridad. Dan cariño y consuelo. No juzgan. Estimulan el contacto físico y la comunicación. Ayudan a reducir los pensamientos negativos. Contribuyen al desarrollo social y educativo. Favorecen la integración social del individuo. Estimulan la imaginación.

Actualmente, no existe en España una regulación para este tipo de terapias. Se practican cada vez más pero forman parte de un limbo que finalmente no beneficia ni a los usuarios, ni a los animales, ni a los profesionales que la llevan a cabo. No está regulado como servicio, pero tampoco están reguladas las formaciones para profesionales, lo que hace que haya una amplia oferta, bastante caras por cierto, sin referencia precisa de que sean realmente buenas. 

Sólo por el hecho de trabajar con animales y disponer de un equipo de profesionales para dar servicio al paciente, este tipo de terapia resulta cara. La falta de ayudas estatales y por parte de los municipios y ayuntamientos hace que muchas familias que se podrían ver beneficiadas, no puedan ni siquiera acceder a este tipo de terapias tan beneficiosas para niñas, niños, jóvenes y adultos con algún tipo de discapacidad (física, psíquica o sensorial) o trastornos del neurodesarrollo como TEA (trastorno del espectro autista) Síndrome de down, parálisis cerebral, Asperger, etc… 

Este verano nos hemos encontrado en Madrid con muy poca oferta de plazas para campamentos urbanos y rurales para este colectivo de personas. Lo que hace que muchos padres deban pedir vacaciones para poder cuidar de sus hijos con discapacidad o invertir mucho dinero para contratar a alguien que les cuide, perdiendo la oportunidad de que sus hijos puedan formar parte de un proyecto de integración con otros niños en un entorno adecuado para su desarrollo y aprendizaje en general.

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