Soy Martín, director de la Fundació Mescladís, una entidad social que lleva 16 años en Barcelona. Empezamos el proyecto cuando estábamos en un proceso de transformación social importante, pasamos de ser un país en el que la gente solía emigrar buscando un mejor futuro a otros países como Suiza, Bélgica o Francia, a ser un país receptor de inmigrantes de todas partes del mundo. Nacimos con la intención de poner un grano de arena en positivo en la gestión y transformación que se estaba dando en ese momento. Desde nuestros inicios actuamos principalmente en tres ámbitos: los programas de formación e inserción laboral, el desarrollo comunitario y la sostenibilidad.

En nuestros programas de inclusión social formamos a personas para el sector de la hostelería, como ayudantes de cocina o camareros y también formamos gente para el sector de la industria alimentaria, como ayudantes técnicos de producción alimentaria. Estos itinerarios son un acompañamiento al mercado laboral para gente que está en riesgo de exclusión o en exclusión social, por su situación legal administrativa irregular, por ser refugiados o vecinas y vecinos que tienen dificultades para acceder a un puesto de trabajo. Estas personas nos llegan derivadas de otras entidades o desde servicios sociales del ayuntamiento, también de asociaciones que trabajan para ayudar a mujeres que están sufriendo violencia de género o con el colectivo LGTBI. Les acompañamos en su inserción al mercado laboral, formando a unas 80 o 100 personas al año. 

Nuestro siguiente eje de actuación es el desarrollo comunitario, donde trabajamos desde lo pedagógico, educativo y desde la comunicación temas como la diversidad. Colaboramos en escuelas, talleres, charlas o encuentros en nuestro propio centro. Utilizamos nuestra propia cocina como herramienta de conocimiento, el cocinar nos define como seres humanos y habla de nuestras realidades generando un espacio de enriquecimiento mutuo.

Nuestro tercer eje es la sostenibilidad, lo vemos de una manera holística, por un lado la sostenibilidad económica de nuestro propio proyecto que generamos con actividad económica propia más del 90% de nuestro presupuesto. Esto es por la gestión de bares y restaurantes en Barcelona, para nosotros es muy importante porque refuerza nuestra imagen en el sector para luego maximizar el impacto social del trabajo que hacemos y fomentar las contrataciones de nuestros alumnos, sería nuestro sueño, ser un actor en la hostelería para captar ingresos promoviendo un consumo responsable y posicionarnos en el mercado maximizando nuestro proyecto social. Lo hacemos sin perder de vista la sostenibilidad medioambiental trabajando con proveedores próximos, ecológicos y sostenibles. También trabajamos en la sostenibilidad emocional, queremos ser un espacio de referencia para nuestros alumnos y el para personal del equipo. 

Somos gestores de un centro comunitario y tenemos un programa que se llama ‘Diálogos migrantes’ actuando en la sensibilización haciendo uso de las historias de vida y trabajando con artistas como fotógrafos, ilustradores o cineastas donde lo que hacemos es contar historias. Este programa lleva desde 2011 y visibilizamos temas como el uso de perfiles raciales por parte de la policía o distintas violaciones a los Derechos Humanos. 

Nuestro trabajo gira en torno a estos tres ejes, un ejemplo es nuestro proyecto de cerveza artesana, nos permite hacer contrataciones, hacer formación y mediante campañas de marketing y de sensibilización, cubrimos el eje de desarrollo comunitario. 

Reivindicamos el derecho humano a migrar y que esta población en riesgo de exclusión tenga las mismas oportunidades laborales y el derecho una vida digna. Queremos que en el futuro las próximas generaciones se sientan avergonzadas de este periodo histórico en el que se les excluye, se les discrimina y se les acosa. Debemos reaccionar, reflexionar, concienciar y educar para ayudar a las personas en riesgo de exclusión y fomentar su inserción laboral.