¡Hola!

La verdad es que en la formulación de la pregunta dais la respuesta al asunto planteado. Las interpelaciones y las preguntas - orales o escritas - son los principales mecanismos parlamentarios de control de la actividad del Gobierno. Aunque no lo he comprobado, tengo la impresión de que en todas las legislaturas el grupo mayoritario que soporta al Gobierno disminuye significativamente el número de preguntas escritas y, cuando las hace, es desnaturalizando su función, más para hacer pública alguna información que para controlar la actividad del ejecutivo (que conste que yo también he formulado alguna de esas preguntas "informativas" a mi propio Gobierno). Creo que esa no es su función y, en términos generales, no me parece una buena práctica. El acceso de los ciudadanos a la información debe tener sus propios cauces y, gracias a la aprobación y reciente entrada en vigor de la ley de Transparencia y Buen Gobierno, considero que éstos acaban de quedar muy reforzados.

Todo lo anterior vale, sobre todo, para las preguntas escritas. Es distinto, y novedoso, el uso que la mayoría parlamentaria del PP está haciendo de su capacidad de formular preguntas orales en el Pleno de control de los miércoles. En estas sesiones hay un cupo máximo de preguntas para cada Grupo parlamentario dado el tiempo disponible (no existe tal limitación en las escritas, donde cada diputado puede plantear cuantas considere oportunas, en algún caso miles de ellas). Hasta esta legislatura el grupo mayoritario planteaba preguntas orales al Gobierno hasta "cubrir su cupo" (proporcional al número de escaños) y de esa forma limitar la capacidad de la oposición de ejercer su función de control. Está costumbre ha desaparecido en gran medida y el Grupo Popular apenas plantea ya preguntas orales al Gobierno, precisamente para dejar más espacio a la oposición para que desarrolle correctamente su función. 

Espero que la respuesta os resulte útil. Muchas gracias por enviarmela.