Pregunta para Asamblea de Madrid

¿Por qué no existe un acompañamiento emocional en los procesos de infertilidad? Un vínculo entre la información médica y el cuidado psicoemocional de mujeres y hombres que lo viven.

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Gabriela Contreras Pregunta de Gabriela Contreras

Me llamo Gabriela y di a luz a mis mellizos con 42 años. En esta larga búsqueda de casi 10 años, he vivido una montaña rusa de emociones, llevándome a límites insospechados y descubriéndome a mí misma en situaciones incómodas y muchas veces desconcertantes. He vivido una experiencia de autoconocimiento y transformación increíble. 

Yo no me consideraba una persona infértil, porque yo me quedaba embarazada espontáneamente. Entonces fue cuando entendí la falta de conocimiento que se tiene sobre el tema, confundiendo esterilidad con infertilidad. La infertilidad es un término que inconscientemente se achaca a un problema en la mujer para quedarse embarazada, y quien lo sufre, se castiga pensando que algo le pasa a su cuerpo como mujer. Cambian el concepto de su propia imagen, hiriendo su orgullo, tratándose negativamente, y eso le hace afrontar este proceso tan duro, sufriendo a cada paso. 

Por ello, es imprescindible que en los tratamientos de infertilidad exista la figura de un profesional especializado. Psicólogos o terapeutas expertos en reproducción asistida, que realicen un acompañamiento emocional durante todo el proceso. Porque lo emocional, repercute en las posibilidades de conseguir ese embarazo tan deseado por mujeres y hombres que necesitan ser guiados.

Ante esta necesidad, uní mi experiencia en este largo proceso de infertilidad, junto a mi experiencia como terapeuta, para crear el Enfoque y Método de “Gestar con Consciencia''. Un Programa virtual de acompañamiento psicoemocional especializado, que permite a través de una estructura y recursos muy cuidados, amortiguar los obstáculos que se sufren en la búsqueda del embarazo. Para poder vivirlo con salud, disfrutar del proceso y alcanzar ese objetivo de ser mamá volviendo a casa con un bebé sano (o dos como fue mi caso). 

Tener una profesional que te guía y contiene desde la empatía, te da las herramientas precisas, a la que consultar en cualquier momento, que cuida de tú salud emocional, que entiende lo que estás pasando en esta vivencia tan dura, impactante y difícil porque yo también la he vivido.

Desde que tenía uso de razón sabía que quería ser madre, me atraía. De pequeña me disfrazaba con una almohada en la tripa y caminaba como una embarazada, los bebés y el mundo infantil me encantaban y tenía claro que era mi sueño

Después de un poco más de 1 año, con 33 llegó mi primer embarazo de forma natural, acompañaba a mi hermana con su bebé a Argentina y allí me enteré de que ¡estaba embarazada!, telefónicamente di la buena nueva a mi esposo, mi familia… y la alegría solo nos duró cinco días. Lo pasé muy mal física y anímicamente, tuve que estar 10 días en la cama sin moverme, para luego sufrir un legrado si quería coger el vuelo de vuelta a España. Fue una experiencia horrible. 

Me volví a quedar embarazada, pero esta vez la ilusión se esfumó al saber que era ectópico. Te puedes imaginar, fue bastante desalentador recibir esa noticia. Me tuvieron que intervenir de urgencia y quitarme la trompa. Fue un duelo perder un órgano tan implicado en mi deseo de gestar vida en mi. Fue duro. Ya eran dos veces en las que la ilusión nos duraba unos días para luego acabar derrumbados.

Me recuperé, y optamos por la reproducción asistida. Fue como otro duelo porque nunca me lo imaginé para mí, daba por hecho que el primer intento saldría positivo y no fue así.

Estaba muy enojada, no lo entendía, si me quedaba embarazada de forma natural porque no con un tratamiento. Lo intentamos dos veces más allí y cambiamos de clínica. 

En esta ocasión nos hicieron numerosas pruebas médicas tanto a mi marido como a mí. Y aún con toda la información, tuvimos que vivir 4 negativos, nadie lo entendía. Era el momento de volver a cambiar de centro.

Llegaba un punto en el que tenía esa necesidad, lo notaba, porque iba amargada, sin ilusión a la consulta…Con tantas pérdidas estaba atormentada con la idea de que nunca sería madre.  De hecho, en este último centro quise ver a la psicóloga para que me ayudara, y ella solo me hablaba, de que desconectara de mi búsqueda, y me centrase en otras cosas como hobbies, viajar ...nada me cuadraba.

También nos informamos en la seguridad social, pero con 39 años y sabiendo que ya habíamos probado en la privada, se puede decir que nos invitaron a seguir en ella. Otra mala experiencia más. 

Vivimos años de permanente espera, duelos, tours médicos, angustia, tristeza y desesperación. Y todavía nos quedaba bastante más.

Nos hablaron de un reconocido médico en México que iba dos veces al año a Argentina y nos planteamos hacer el tratamiento con él. Se preparó todo a distancia: las pruebas médicas que necesitaba, vitaminas que tuve que tomar, se programó el viaje y alquilamos un piso en Buenos Aires por un mes. 

Viajamos, se realizó la estimulación ovárica y se fecundaron 3 embriones que se transfirieron… Pero la beta no llegaba a dar negativo y tuvimos que esperar. Todo acabó en un aborto bioquímico. No funcionó, toda la preparación y la ilusión de un año… Fue muy frustrante.

Además, yo lograba quedar embarazada de forma natural. En todo este tiempo ocurrió en 6 ocasiones, pero no pasaban de las seis o siete semanas. Era desesperante, la sensación de pensar que lo habías conseguido por ti misma, lo ¡que te ibas a ahorrar!. Pinchazos, médicos, pruebas, dinero… así de fácil, y en días se te escapaba de las manos, era frustrante. ¿Cómo procesar y encajar toda esta montaña rusa de emociones acumuladas sin ayuda?

Otra clínica más, la quinta y ¡nuestro primer positivo, la primera vez que oímos latidos! Pero un día tuve una rara intuición, y así fue, en la siguiente ecografía, su corazón ya no latía. Fue horrible, y tuve que aprender sola, sin ayuda, a reconocer todo lo que estaba sintiendo, y conseguir elaborar un duelo más.

Casi 10 años desde que comenzamos la búsqueda para ser mamá y papá, ya vivía fuera de España y volé para otra oportunidad, pero con el jet lag se me olvido la aplicación de una medicación del tratamiento y me cancelaron la transferencia. ¡No me lo podía creer! Tuve que cambiar el vuelo y permanecer cuatro semanas más en España. Llegó la octava transferencia y fue positivo, volé, y a los días, en la ecografía, nos confirmaron que esperábamos mellizos. 

La alegría se mezcló con el miedo del segundo a segundo, la incertidumbre constante. Vivía un embarazo de riesgo, múltiple y con 41 años. En mi cabeza rondaba la idea de ¿si no habían salido adelante los anteriores embarazos, como podría ir bien este con dos embrioncitos? En mi latieron 3 corazones hasta el día que dí a luz, fue uno de los más felices de mi vida, estaba cumpliendo mi sueño, más allá del riesgo de la cesárea y de todo lo que me esperaba con una maternidad múltiple siendo primeriza.

Toda esta historia, con el peso de una mochila que acumulaba tantos años sorteando obstáculos, junto a mis 20 años de experiencia como profesional de la Psicología, me impulsó a investigar aún más sobre la repercusión multifactorial que tiene la infertilidad. Su afectación en tu vivencia emocional, en tu relación, a nivel familiar, laboral, social, económico y en tu mirada ante la vida. Con el absoluto compromiso y deseo de ayudar y apoyar a cientos de mujeres que viven desde la soledad, la falta de información, entre otros tantos aspectos, el tabú de la infertilidad.

Por eso el Programa Gestar con Consciencia'' acoge, cuida y sostiene la salud emocional en esta vivencia tan dura e impactante que es la búsqueda de un hijo. Con un acompañamiento personalizado, desde el autoconocimiento y el desarrollo del potencial interno para saber cómo afrontar el miedo, la ansiedad, tristeza, el cansancio y el estrés entre tanto más, que se produce hasta alcanzar ese anhelado embarazo.

La esencia de mi propuesta con el Método “Gestar con Consciencia” es el vínculo entre el Hacer y el Ser. Es decir, que no es solo estar en el Hacer: ir a los médicos, especialistas, acupuntura, yoga, mindfulness, etc.... (qué es lo que todas hacemos) sino comprender lo importante que es el trabajo del SER, porque la estructura emocional es lo que sostiene todo lo que se vive en el proceso. Debemos aprender los “cómo” lograr esa coherencia en nuestra SER para aprovechar nuestro tiempo fértil y llegar a la Maternidad con el menor desgaste emocional posible. De esta manera es que, podemos sostener una crianza consciente y respetuosa para acompañar a nuestros hijos/as a desplegar su propio Ser. 

No podemos dar lo que no nos sabemos darnos a nosotros, esto se “Gestar con Consciencia”.

Sin esta estructura emocional consistente y en coherencia, no somos capaces de tomar las decisiones adecuadas y precisas para continuar en cada fase del proceso. Y el impacto emocional afecta a nuestro cuerpo y biología produciendo un ciclo de sintomatologías poco favorables para acortar el sufrimiento y el tiempo tan valioso en esta trascendente andadura. 

"Gestar con Consciencia" es para todas aquellas mujeres que quieran vivir esta aventura profundizando en su gestión emocional, trabajando el inconsciente y su mentalidad, aprendiendo a cuidar su narrativa interna, de una mejor actitud, del estar y cambiar los resultados en la vida. 

Para parejas que inician la búsqueda de un hijo/a, que llevan ya un tiempo, que están desgastadas o han perdido su pareja…. y quieren conseguir el ansiado deseo de ser madres y padres.

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