Pregunta para Parlamento de Andalucía
Mi hijo fue diagnosticado con una leucemia cuando empezó la pandemia y se contagió estando en tratamiento: ¿Por qué no se garantiza una protocolo que dé ampara ante la Covid-19 a los familiares o cuidadores de las personas inmunodeprimidas?
Me llamo Gema, tengo 35 años y junto con mi familia vivimos en Andalucía. Cuando mi hijo Lucas tenía 23 meses, fue diagnosticado con una Leucemia Linfoblástica Aguda debida a una mutación del gen BCR-ABL. Concretamente, el diagnóstico lo recibimos el día 16 de marzo de 2020; dos días después de que empezara el primer confinamiento para la Covid-19.
A partir de este momento, su padre, él y yo, tuvimos que estar 50 días aislados en el hospital haciendo frente a la enfermedad. Debido al contexto, no recibimos ningún tipo de apoyo psicológico y las únicas personas externas que veíamos eran las enfermeras y el personal de la limpieza.
Después de un tiempo largo y muy duro de tratamientos de quimioterapia, inyecciones intratecales y de conllevar los efectos secundarios de los corticoides como el hambre constante, la hinchazón y los cambios repentinos de humor que hacían que Lucas no fuera él mismo, nuestro hijo está en remisión y actualmente le hacen, solamente, visitas rutinarias de control.
Todo el tiempo en cuestión, hemos conllevado la enfermedad con la Covid-19 y ha sido difícil. Además de haber pasado un mes y medio confinados en el hospital con la noticia del diagnóstico, hemos tenido que aislarnos por prevención también cuando estábamos fuera del hospital. Desde que se empezaron a poner vacunas, ahora hará 8 o 9 meses, teniendo en cuenta que a Lucas no le podían poner la vacuna porque estaba recibiendo tratamiento de quimioterapia y esto conlleva la pérdida de los efectos de todas las vacunas recibidas desde el nacimiento, pedimos que como mínimo a los padres de los niños en tratamiento nos vacunaran para poderlos proteger. No pedíamos ni que nos vacunaran a los dos, sino simplemente que vacunaran a la persona que más tiempo pasara con ellos y así protegerles igual que se hace con otras vacunas como la de la gripe, por ejemplo, que nosotros nos la pusimos para protegerle a él y no porque la necesitáramos.
La vacuna contra la Covid-19 nos la negaron siempre y Lucas acabó contagiándose del virus mientras estaba en el hospital. Por suerte fue asintomático, pero podría haber sido muy peligroso teniendo en cuenta que los pacientes oncológicos en tratamiento son personas inmunodeprimidas y que nuestro hijo tiene, solo, tres años. Finalmente, el padre de Lucas y yo recibimos la vacuna durante el mismo período de tiempo que la población general; hace aproximadamente medio mes.
Considero imprescindible que las instituciones se interesen y que, a partir de aquí, sean conscientes de los efectos que conlleva tanto la enfermedad del cáncer como los tratamientos para superarlo. Las familias de pacientes oncológicos nos hemos sentido desamparados completamente durante este tiempo de pandemia teniendo que esforzarnos para evitar que nuestros hijos se contagiaran cuando consideramos que la gestión de esta protección era tarea de los gobiernos.
Es por todo lo planteado que me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué no se garantiza una protocolo que dé ampara ante la Covid-19 a los familiares o cuidadores de las personas inmunodeprimidas?