Mi nombre es Gisette Rosas, soy venezolana y hace 7 años vine a España con la idea de mejorar mi calidad de vida, pero con un pensamiento del cual, al día de hoy, no me siento orgullosa de haber tenido.

Cuando llegué aquí, la visión sobre mí misma fue desafiada. Vine de Venezuela a estudiar y buscar otras oportunidades. En ese entonces yo pensaba que estando aquí me iba a conseguir un novio español, blanco, para que me diera los papeles, poder llevarlo de vuelta a mi país y que todas y todos mis conocidos me vean y digan: “lo logró”. Era esa mirada que me habían inculcado todo este tiempo y el papel que me habían asignado como mujer afrolatina que viene a Europa.

La gente te miraba diferente y me encontré que había oportunidades diferentes. Que nosotras, como mujeres afrolatinas, no teníamos que estar encasilladas en esta forma de actuar, la que obviamente estaba avalada en las sociedades racistas en las que crecemos. En Europa, la mujer negra y latina está caracterizada con la fiesta, el disfrute sexual, el alboroto. Es difícil, porque no quieres que te vean así, pero al mismo tiempo hay muchas mujeres negras que utilizan esta caracterización para su beneficio propio, pero es porque es lo único que conocen.

Por el desconocimiento y la falta de información crecimos pensando que esto estaba bien, sin saber las oportunidades que podemos tener por querer entrar dentro del estereotipo. A mi me fastidiaba mucho esto y quería hacer algo para demostrar que las mujeres afrolatinas podíamos acceder a otras oportunidades y cumplir el papel que nosotras quisiéramos.

Es así que empecé con “Negra Como Yo”, un espacio que me ha servido para ayudarme y ayudar a muchas mujeres negras a reconocer nuestra propia voz y saber que esa voz es válida. Me llegaron comentarios de mujeres que habían vivido lo mismo que yo, que se habían sentido relegadas a un papel que la sociedad les había dado.

Desde hace siete años es ese mi objetivo, sin dejar de reconocer que yo tengo un privilegio al que muchas mujeres no. Debemos reconocer el valor sobre nuestra identidad y encontrar los puntos positivos, porque el discurso negativo ya lo conocemos. Cuando encuentras ese valor en ti misma, cuando estas empoderada y reconoces tu identidad, no vas a dejar que esto le pase a otras personas.

Soy optimista y creo que las mujeres afrolatinas podemos hacer mucho, pero también creo que las oportunidades a las que pueden acceder son escazas o desconocidas por ellas. Para salir de ese encaje necesitamos a más mujeres negras en espacios de poder, tomando decisiones y siendo dueñas de su tiempo.

Es por eso que, junto a Osoigo, quiero sacar adelante a esta campaña para que podamos generar ese terreno en el que la mujer afrolatina pueda crecer y saber el valor que tiene. Replicar este sistema y que seamos muchas más las que podamos estar orgullosas de quienes somos y de nuestras historias.

Para poder sumarte a esta campaña, haz click en "APOYAR" y llena el formulario, o apoya a través de tu cuenta de Facebook. Cada apoyo suma para hacer llegar esta petición a las personas correctas.