Pregunta para Congreso de los diputados
Soy Guillem y gracias a mi trasplante de médula una persona va a poder seguir viviendo: ¿Cuándo destinarán más recursos para concienciar a la ciudadanía que si nos hacemos donantes de médula podemos salvar vidas?
Somos presas de tres grandes depredadores: la desinformación, el miedo y la ignorancia. Tememos lo que no conocemos y, si alguien no nos saca de la cueva, no dejaremos de ver únicamente sombras de la realidad. Yo salí de la cueva en lo que respecta a la donación de médula hace dos años. Unos amigos y yo fuimos al hospital a donar sangre y, a través de una amiga, que me explicó lo que era la donación de médula, decidí ir un poco más lejos y me inscribí como donante de médula.
En septiembre de 2019, mientras yo estaba fuera de España me llamaron debido a que era compatible con un paciente y, una vez de vuelta, sin dudarlo un segundo, les dije que contaran conmigo. Tras varias pruebas más y confirmar nuevamente mi disposición a donar, este pasado febrero.
El día que doné médula pasará a mis recuerdos como uno de los más especiales de mi vida. Sabía que el paciente que recibiría mi medula era un pequeño de cinco años, una criatura a la que no le había dado tiempo a empezar a vivir y ya le había caído encima la losa de vivir con una enfermedad que necesitaba una donación de médula. Es maravilloso pensar que has hecho posible que una criaturita tan pequeña tenga garantías de tener un futuro.
De los dos métodos que existen, en mi caso, para beneficio del paciente, los médicos se decidieron por la punción lumbar. Y pensaréis: “uf, suena bastante doloroso, ¿no?”. Pues, todo lo contrario. Durante el proceso en el que los doctores se dedicaron a punzar mi pelvis, más concretamente las crestas ilíacas, y a extraerme la médula, yo estuve completamente sedado. Y, cuando desperté, no sentía ningún tipo de dolor. Estuve ingresado una sola noche en observación y, desde que salí del hospital, hice vida completamente normal.
Desde mi perspectiva personal, la donación de médula, tanto la punción como la extracción de sangre periférica, son métodos muy sencillos, seguros y rápidos. Siempre se va a velar por la seguridad y la integridad física y psicológica del paciente, es algo voluntario hasta el último momento y los doctores van a llevar un seguimiento de principio a fin.
Existe mucha desinformación acerca de la donación de médula. Ponemos muros y barreras a un acto sencillo cuya función primordial muchas veces se nos olvida: salvar vidas. El conocimiento es el peor enemigo del miedo, por ello os dejo un enlace sobre cómo funciona la donación de médula: http://medulaosea.ont.es/
Por eso les pido, señores del Congreso de los Diputados, que inviertan más recursos en crear campañas y talleres para concienciar sobre la realidad y la necesidad de la donación de médula. Sería muy beneficioso crear más campañas publicitarias en estaciones de autobuses, paradas de tren, lugares públicos… desde las instituciones públicas para fomentar la donación de médula entre la ciudadanía.
La empatía y el altruismo son dos de los mejores rasgos del ser humano, no dejemos que estos se pierdan en un mar de desconocimiento y miedos infundados. Entender que, en el sorteo de las enfermedades, todos podemos tener el boleto premiado y que pequeñas acciones pueden cambiar el mundo es imprescindible.
Dicen que si una mariposa bate sus alas en Japón generará un huracán en Kansas. Lo mismo pasa con las buenas acciones, pequeños pasos que dan lugar a grandes obras. Granito a granito, con medidas sociales, estoy seguro de que podremos mejorar y salvar la vida de muchas personas que luchan contra el cáncer y otro tipo de enfermedades que requieren donación de médula.