Pregunta para Congreso de la República de Colombia

La pandemia de COVID-19 aumenta la depresión y ansiedad. ¿Cuándo se priorizará la salud mental en Colombia para generar diagnósticos y procesos terapéuticos completos, más allá de los medicamentos?

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Henry Canper Pregunta de Henry Canper

Soy Henry Canper, creador de Viva sin Ansiedad, un proyecto que surgió a partir de mi historia de ansiedad y depresión para brindar apoyo y orientación a quienes están pasando momentos difíciles y no encuentran una atención en salud mental apropiada. 

En este sentido, hago esta campaña en Osoigo para preguntarle al Congreso de la República: ¿Cuándo se priorizará la salud mental en Colombia para generar diagnósticos y procesos terapéuticos completos, más allá de los medicamentos?

Sigue leyendo mi historia y si quieres respaldar mi pregunta, te invito a dar clic en apoyar y compartir para que alcancemos al menos 350 firmas y obtengamos respuesta de nuestros políticos.

Viví en carne propia la ansiedad y la depresión y no hallé salida luego de recibir ayuda psicológica y psiquiátrica que, si bien es valiosa, resulta ser insuficiente si no existe valoración integral y seguimiento.

Entonces, decidí empaparme del tema, leer, cuestionarme sobre el origen de lo que yo sentía. Eso me permitió entender que se deben vaciar los sentimientos, deshacernos de la basura emocional, porque nuestro cuerpo se intoxica y es ahí cuando se presentan los trastornos del estado anímico y, por supuesto, otros padecimientos como gastritis, migrañas y cáncer. Por eso, es importante escuchar a nuestro organismo, indagar sobre las alertas que nos envía. 

En medio de mi situación, me prometí que si superaba la depresión y la ansiedad me dedicaría a ayudar a otros. Y lo logre. En 2018 creé este proyecto que acompaña con asesoría, terapia y charlas a personas de diferentes países y profesiones, de todas las edades y de todos los estratos socioeconómicos; porque nadie se salva de experimentar estos desequilibrios emocionales. 

En estos tres años de trabajo en torno a una vida sin ansiedad me he percatado que hay muy poca sensibilidad respecto a la salud mental en el mundo. Los diagnósticos son pobres, falta inversión por parte de nuestros gobiernos y más concientización. 

Por eso, mi trabajo se centra en buscar la raíz del problema, no en recomendar medicamentos y enviar a la persona a la casa, porque el medicamento sí ayuda en el proceso, pero no sanan heridas. 

Mis contenidos y mi forma de tratar estos padecimientos tan dolorosos han brindado acompañamiento, han sido un impulso para que la gente comprenda lo que le ocurre. No recibo apoyo privado, pero he estado en diferentes escenarios nacionales e internacionales, sensibilizando y  creando conciencia a través de mi experiencia.

La pandemia de COVID-19 nos debe llevar a explorar la salud mental

Para nadie es un secreto que la pandemia de COVID-19 ha aumentado los nervios, la angustia y las preocupaciones de las personas. De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE, 708 colombianos se quitaron la vida en el primer trimestre de 2021, lo cual significa un incremento de 10,8% con relación al mismo período del año anterior.

También, es preocupante que el DANE informa que, los departamentos con mayores tasas de muertes por suicidio fueron Vaupés, Amazonas, Arauca, Tolima y Huila, lugares con zonas rurales y difícil acceso a una atención completa en salud mental. 

De igual forma, según el Ministerio de Salud, durante el periodo comprendido entre el 13 de abril de 2020 y el 13 de abril de 2021, la opción 4 de la Línea 192 – destinada a la teleorientación a raíz de la pandemia- registró 18.089 solicitudes de atención, relacionadas en su mayoría con síntomas de ansiedad, reacciones al estrés y síntomas de depresión. Del total de atenciones, el 8,21 % se prestó a personas con alguna pertenencia étnica y el 17,02 % a personas de grupos de mayor vulnerabilidad como víctimas del conflicto armado, ciudadanos en procesos de reincorporación a la sociedad civil, personas con discapacidad, en situación de emergencias o desastres, migrantes, entre otros.

Teniendo en cuenta este panorama, es urgente que haya dedicación y tiempo para tratar a las personas con ansiedad y depresión, que los testimonios de quienes pasamos por esto lleguen a colegios y universidades para educar a nuestros niños y jóvenes y que existan proyectos de ley pertinentes para atender y evitar el aumento de casos.

¡Necesitamos viralizar la salud mental, da clic en apoyar y comparte mi petición!

 

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Pregunta dirigida a: Congreso de la República de Colombia