Un caso que pone de relieve a qué nivel de violación de los derechos humanos continuada a ella y a su familia se puede llegar por parte de las autoridades marroquís.
Creo que el caso de Sultana, que no es el único, es un caso que pone de relieve a qué nivel de violación de los derecho humanos continuada a ella y a su familia se puede llegar por parte de las autoridades marroquís. Desde aquí quiero enviar un abrazo a Sultana y a su familia porque nos consta la situación tan difícil que viven todos los días. Desde el grupo de la izquierda en el Parlamento Europeo propusimos a Sultana como candidata al Premio Saharoff en 2021 que es un premio que se da a personas defensoras de derechos humanos con el cual también somos muy críticos porque es un premio que se manosea y se utiliza de una manera política vergonzante dentro de la UE pero sí queríamos al menos desde la izquierda europea que estuviese ese candidatura y que estuviese la visibilidad de lo que está ocurriendo con un socio comercial de manera tan brutal.
No puede ser que las relaciones europeas ni las de ningún estado miembro estén basadas en callar ante las violaciones de derechos humanos y subcontratar el control de fronteras y de la lucha terrorista como vivimos todos los días. Durante estos meses, desde la Unión Europea y, en este caso, desde la Comisión de Exteriores una serie de webinarios que les llamamos ‘Nueva política para la vecindad sur’ donde quisimos dar un lugar privilegiado al Sáhara junto a Palestina y los pueblos kurdos en las èticiiones de modificar la política exterior europea donde contamos con distintos webinarios y también el testimonio de la propia sultana. Estos webinarios los publicaremos también en formato de libros y en formato de decálogo de iniciativas que creemos que son importantes de llevar a cabo en las instituciones respecto a la vecindad sur. Cuando hablamos de ‘vecindad sur’ es evidente que esconde grandes negocios y violaciones de derechos continuados.
La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que nuevamente repite la sentencia que ya dijo en 2016 donde señala a Europa y a los estados miembros para que no lleve a cabo acuerdos comerciales con los países que están en ocupación. Creo que esto va a ser muy importante también en la agenda en los próximos meses porque no es otra cosa que un expolio continuado. Porque ya se ha visto la intención de volver a recurrir esta sentencia europea que ya es otra sentencia.
Creo que es fundamental la coordinación, la movilización conjunta para denunciar esta situación. En ese sentido, quiero trasladar que no solo yo ni ni siquiera nuestra formación; hay mucha gente en el Parlamento europeo apoyando los derechos del pueblo saharauis. Hay intergrupos que intentamos hacer divulgación muy plural contando con muchos países de Europa para poder incidir en la resolución como decía de cada una de estas consecuencias pero también de la situación que se intenta resolver de la autodeterminación del pueblo saharaui. También creo que hace unos meses vivimos por primera vez que un vicepresidente del Gobierno de España públicamente declaró algo que se hizo noticia, declaró algo que viene en las sentencias y las resoluciones continuadas de las Naciones Unidas que tiene que ver con esa responsabilidad española con el pueblo saharaui. Pablo Iglesias lo hizo y se hizo noticia y creo que merece una reflexión porque no es otra cosa que realmente pública lo que son las resoluciones pendientes hoy de Naciones Unidas.
En ese sentido, mandar el mensaje de ánimo de que hay muchas personas conscientes y trabajando por la lucha de los derechos saharauis, por lo menos en Europea con el intergrupo donde estamos trabajando. Y próximamente, justo se ha decidido hoy, en marzo habrá una visita a los campos ocupados con diferentes eurodiputados para volver a poner en agenda y continuar con todas estas iniciativas que también tienen que ver con la sentencia del Tribunal de Justicia europeo.
Partekatu
Hola, me llamo Raabub y soy médico saharaui con nacionalidad Española. El pasado mes, fui a una misión médico-jurídica en El Aaiún para visitar a Sultana Jaya y comprobar su situación en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos. Escribo en osoigo para denunciar la situación de vulneración de derechos humanos y para pedir por favor ayuda a las instituciones. Es muy urgente hacer algo para acabar con el calvario que están sufriendo Sultana y su familia.
Sultana es una activista saharahui en arresto domiciliario extrajudicial desde hace meses (más de 360 días). Ha denunciado en varias ocasiones que tanto ella como su hermana fueron víctimas de agresiones físicas, verbales y que sufrieron diversas violaciones por parte de unos “supuestos” agentes de policía, quienes vestían de paisano y abordaron la vivienda donde se encontraban ambas. También, han manifestado que una madrugada entraron en su casa y que con las manos húmedas les taparon la boca y la nariz hasta casi asfixiarlas. Pocos días después Sultana y su hermana enfermaron de Covid19 con síntomas muy graves, aun así se les negó la atención hospitalaria. Hace apenas unos días, las autoridades volvieron a irrumpir en la vivienda y les inocularon algún líquido que les dejó con un cuadro de mareo, vómitos y, al mismo tiempo, fueron brutalmente agredidas.
Yo pude ver con mis propios ojos el trato de las autoridades marroquíes, ya que tanto a mí como a dos abogadas españolas enviadas el pasado mes para controlar la situación que está viviendo Sultana nos expulsaron del territorio del Sáhara Occidental. Fuimos obligadas a volver a España tras intentar, sin éxito alguno, pasar los controles del aeropuerto saharaui y recibiendo constantes agresiones e increpaciones por parte de policías vestidos también de paisanos.
Sultana quiere que su situación sea escuchada por los organismos institucionales a nivel internacional, por este motivo está haciéndonos llegar vídeos en los que cuenta de una forma muy valiente y detallada todo lo que está sufriendo y cómo están violando absolutamente todos sus derechos como ser humano. Las instituciones no deberían mirar hacia otro lado, deberían hacer todo lo posible para cambiar esta situación.
También, estoy en constante contacto con la familia de la activista y, esta semana, he conseguido hablar con su madre, una mujer mayor de 80 años. Estaba destrozada y me ha trasladado lo duro que es ver cómo sus hijas están sufriendo tortura física y psíquica desde hace más de 360 días. “Me duele más la indiferencia internacional, están gritando al mundo lo que está pasando y nadie hace nada”, me ha dicho.
En mis redes sociales he compartido estos vídeos que les animo a que los vean. También, pido a todo el que esté leyendo este texto que apoye esta campaña y la difunda todo lo que pueda para conseguir hacer ruido y que los organismos políticos europeos nos escuchen. Sultana necesita ayuda, ¡No podemos abandonarla!
Batu zaitez Osoigora