Hola, soy Igor Flores y soy profesor de Pedagogía Terapéutica desde hace 17 años, lo que me ha permitido ser realmente consciente de las necesidades que existen a día de hoy en la educación de cara a la inclusión y el apoyo a la diversidad. Es muy importante que haya una adaptación en las escuelas porque existen una serie de patologías invisibles a las que es necesario dar una mayor importancia.

Los niños y niñas con necesidades educativas especiales requieren de una atención mayor y actualmente hay una escasez a nivel de recursos personales en los colegios, sobre todo en los concertados. Por protocolo, cada niño tiene un diagnóstico y según su patología tiene asignada una letra u otra, la cual genera unas horas. Si la ecuación da más de 1, en los colegios públicos lo cubren de un modo u otro con jornadas reducidas, medias... En la concertada, hasta que no se llega a un 2 no ofrecen ese apoyo. En mi caso llevo años trabajando en torno a 1,8, 1,7; es decir, trabajo lo de una persona y casi lo de otra persona entera. Realmente es inhumano y ya no solo por protocolo y porque la carga de trabajo sea muy alta, si no porque no damos la atención que todos esos niños y niñas se merecen.

A nivel del profesorado de cara a afrontar las necesidades educativas de los alumnos y alumnas con necesidades especiales hay poca preparación. Desde las universidades echo en falta que se ponga más fuerza en esto. No es suficiente con una o dos asignaturas en toda la carrera. Al menos se debería incidir más en las patologías más recurrentes como son, por ejemplo, TDH, TEA o dislexia. Hay muchas veces que los profesores (de cualquier edad) sienten miedo de abordar situaciones con este tipo de niños. No se sienten preparados más que para dirigir una clase de 25 alumnos en las que sus necesidades son todas las mismas. 

Hay mucha falta de comprensión e información. Hay que intentar buscar el principio de equidad que se basa en dar a cada alumno lo que le corresponde. No es lo mismo que todos estén en igualdad de condiciones que hacer una adaptación para cada uno según sus necesidades. Cuando hay alumnos con discapacidades invisibles como puede ser el tdah, el síndrome de asperger, la dislexia por poner ejemplos, hablamos de niños y niñas que, a priori no vemos una dificultad física y nos cuesta entender que realmente tienen unas capacidades y necesidades educativas específicas. Por esto, hay que adaptar los exámenes y demás tareas a su nivel. Por ejemplo, de cara a un examen se les puede ofrecer más tiempo, permitirles hacerlo de manera oral, darles descansos, reducir el número de preguntas… No es que les estemos poniendo las cosas más fáciles si no que les estamos ayudando teniendo en cuenta que se encuentran en una situación de desventaja. 

Es fundamental que haya una regulación para acabar con todos estos problemas. Hay que hacer hincapié en la necesidad de aumentar los ratios de los recursos humanos en los colegios. Por ello quiero dirigirme a los miembros del Parlamento Vasco. Con el método actual los profesores no podemos dar la atención que realmente merecen a los niños y niñas con discapacidad y el apoyo a la diversidad en los colegios es algo necesario, al igual que dar más fuerza en las universidades a la preparación para afrontar este tipo de necesidades de la mejor manera posible.