Me llamo Imma y vivo en Catalunya. Poco después de que empezara la pandemia de la Covid-19, durante una mamografía rutinaria, me detectaron un tumor en la mama derecha. Después de un mes, me operaron. Los médicos consideraron que no era necesario que recibiera un tratamiento de quimioterapia y me proporcionaron un tratamiento hormonal en pastillas. Tuvieron que hacerme seguimiento constante porque este último no me sentaba bien. Durante una de estas revisiones, se percataron de que el pecho que me habían operado estaba bien pero que en el izquierdo había presencia de nódulos.

Me informaron de que se trata de un cáncer de mama her2 positivo y que es diferente al primero; más agresivo. Me plantearon que el protocolo a seguir era hacer quimioterapia, operar y luego hacer radioterapia. Me derivaron de hospital y allí planteé a la oncóloga que llevaba mi caso que no era muy partidaria de hacer quimioterapia, pero ella me dijo que con este tipo de tumor hay que recibir este tipo de tratamiento. Aun así, me propuso operarme primero y luego someterme al tratamiento. Esto me creó confusión; en este momento, debido al contexto, yo no podía tomar decisiones sin tener la información adecuada.

Decidí recurrir a un médico privado que solamente trata tumores de mama. Él me dijo que mi tipología de tumor está muy estudiada y que se conoce como se comporta. En este sentido, me indicó que las fases de tratamiento son: quimioterapia, operación y radioterapia. Por aquel entonces, también me habían propuesto entrar en un ensayo clínico para averiguar si es posible que las mujeres que padecen esta tipología de cáncer puedan curarse solamente con un tratamiento específico para la patología que se suministra en forma de vacuna y sin recibir quimioterapia. El médico me animó a entrar y así lo hice. Actualmente, estoy a la mitad del estudio, que se compone de cuatro sesiones de quimioterapia en vez de seis, y según los resultados de las pruebas que me están haciendo, estoy respondiendo bien.

Los tratamientos para curar el cáncer son muy tóxicos y los efectos secundarios severos que conllevan son conocidos. Yo, para paliarlos, decidí acudir a la medicina holística, ya que pienso que es inconcebible para el bienestar del cuerpo remediar los efectos de una medicación química con otra medicación del mismo calibre; y esa es la única opción que me ofrecían desde la Seguridad Social. La alternativa en cuestión ofrece un suplementario que sirve para reforzar todo lo que la quimioterapia se lleva por el camino. El problema es que estos tratamientos son muy caros; cada mes pago más de 300 euros y cobro poco más de 400, ya que la enfermedad me impide trabajar.

Creo que des de la Seguridad Social se debería de asesorar a todos los pacientes de cáncer durante sus tratamientos teniendo en cuenta sus necesidades personales y poderles ofrecer opciones que vayan más allá de curar la enfermedad al momento; que planteen tratamientos complementarios también con visión de futuro teniendo en cuenta los efectos a largo plazo de los tratamientos que ofrece la medicina convencional.

Es por lo planteado que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué no se valora cada paciente y se le garantiza un asesoramiento y un acompañamiento personalizado en este sentido des de la Seguridad Social?