Pregunta para Asamblea de Extremadura
¡Se necesitan más recursos económicos para que se investiguen nuevos tratamientos que se adecuen a la edad y a las patologías previas de los pacientes oncológicos!
Mi nombre es Inés y mi madre atravesó un cáncer de mama. Parece que cuando cumples los 70 años ya no importas, a esta edad ya dejan de hacerse mamografías y te conviertes en un número. Sin embargo, a esa edad una mujer sigue siendo joven. A mi madre le detectaron un pequeño bultito pero le dijeron que no era nada, que no se preocupara. Esa fue la última mamografía que le hicieron.
Mi madre estaba casi ciega, tenía artrosis y artritis. No tenía mucha movilidad y por culpa de todo esto casi siempre estaba hinchada y tenía tendencia a aumentar de peso. Con 77 años se palpó un bulto y fue al médico de cabecera. Su médica se comportó maravillosamente, siempre se lo agradeceré. Le exploró el bulto y nos dijo que fuéramos a Urgencias porque tenía pinta de ser grave.
Le hicieron todas las pruebas correspondientes y nos dijeron que, efectivamente, era cáncer de mama. Pero que se trataba de un tumor muy agresivo.
Mi madre con 77 años se enfrentaba a una enfermedad muy dura, pero ella siempre tuvo mucha fuerza. De hecho, cuando iba la familia a verla y alguien lloraba nos decía: por favor no lloréis, que todavía no he fallecido. Era una mujer muy fuerte y sin duda ante esta situación, la actitud cuenta.
Durante el proceso hubo algunas cosas que fallaron. Por ejemplo, no le hicieron bien la biopsia y la tuvieron que repetir. Yo nunca entendí porque las biopsias se hacen sin anestesia. Yo le insistí a la enfermera para que anestesiara la zona, porque mi madre ya tenía muchos dolores, no tenía por qué sufrir más.
A pesar de todo esto, mi madre tuvo la gran suerte de que la operaron y el tumor estaba encapsulado, no había ramificaciones de ningún tipo. Ella salió del quirófano con el pecho ya reconstruido y la prótesis ya puesta. Yo esto se lo agradeceré siempre a la Seguridad Social de Extremadura.
Tras la operación llegaron los problemas… comenzó el tratamiento de quimioterapia y tras la primera sesión a mi madre se le encharcaron los pulmones. Le pusieron una quimio como si se tratara de una chica de 20 años, no de una mujer de 77 con problemas de salud. A mi madre le deberían haber dado un tratamiento personalizado.
Al final fui yo la que tuvo que luchar para que a mi madre no le dieran una segunda sesión de quimio ni que le dieran radio. Tuve que hablar con el oncólogo para que en vez de quimio le dieran pastillas y me costó muchísimo que me hicieran caso. Si mi madre hubiera hecho otra sesión, no hubiera salido del hospital. Sin embargo sobrevivió tres años, hasta que falleció de un infarto.
Mi madre me dio una gran lección de vida, así que me gustaría darle ánimo a todas las mujeres que estén pasando por esto porque se puede salir. Pero para poder hay que tener una buena actitud y sobre todo, que los médicos tengan los medios y la información necesaria.
Por ello, me gustaría que la Asamblea de Extremadura invirtiera más recursos en la investigación de nuevos tratamientos, para que estos sean personalizados a cada paciente oncológico.