Las marcas reproducen estereotipos de género que contribuyen a la desigualdad que persiste en nuestra sociedad.

En 2018 hubo 500 denuncias por publicidad sexista, casi cien más que hace cinco años. El código de autorregulación de la publicidad infantil de juguetes dice:

• La publicidad infantil de juguetes no presentará en ningún caso escenas que fomenten la discriminación por cualquier motivo: etnia, discapacidad, género… 
• Como regla general, los mensajes publicitarios de juguetes evitarán mostrar sesgos de género en la presentación que hacen de niños y niñas. 
• Los anuncios de juguetes evitarán utilizar particular y directamente el cuerpo de las mujeres o de los hombres, o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar.

Pero cuando una organización o persona interpone una denuncia por incumplimiento de este código ya es demasiado tarde, el anuncio emitido ha cumplido el objetivo, despertar el deseo e inculcar estereotipos en los niños y niñas.

¿Cuándo se desarrollarán herramientas y procesos de control eficaces para que se respete el Código de Autorregulación de la Publicidad Infantil de Juguetes y no se vulneren los derechos de las niñas y niños?

¡Protejamos a la infancia! ¡No más anuncios ni catálogos sexistas!