¡Hola!

Mi nombre es Isabel, tengo 38 años, soy maestra y os escribo desde Salamanca. Y, también, desde hace seis años, soy paciente oncológica. Tenía 33 cuando me detectaron cáncer de mama. Carcinoma ductal infiltrante. Quimioterapia, radioterapia y el consiguiente tratamiento hormonal durante seis años. Lo cual me lleva al día de hoy. Este mes de junio terminaré el tratamiento y podré, al fin, ver si puedo ser madre.

Os mentiría si no reconociese que en el momento del diagnóstico lo que más me dolió fue que se difuminara mi idea de ser madre. Pero, a mí, aquello fue lo que más me dolió en ese momento, el auténtico bofetón. ¿Sabéis? Existe mucha desinformación cuando pisas la consulta de un oncólogx. Te hablan de quimio, radio, tratamientos… y cuándo les preguntas sobre la maternidad u otras cuestiones, tan solo responden: “Eso es lo último”. Y creo que nadie puede decidir las prioridades o preocupaciones primarias de una persona.

Así, yo me vi obligada a calmar mis dudas y temores, informándome por mí misma. Pude congelar mis óvulos, tan solo 4, aunque aseguran que suficientes. Y, ahora, pasados los 5 años de tratamiento hormonal, voy a intentar satisfacer mi gran deseo de ser madre. Pero, ¿qué hubiera ocurrido si no hubiese investigado y buscado por mi cuenta? ¿Se me habría negado la maternidad? Personalmente, esta era la cuestión que más me atormentaba, pero a otros muchos pacientes les preocupan otras realidades que pueden ser muy duras de afrontar. 

Quizá este es el motivo por el que yo estoy hoy aquí, narrando mi vivencia, y tú estás aquí, leyendo estas líneas. Porque juntos podemos alzar nuestra voz para tratar de dar un paso más allá en la lucha contra la desinformación y las enormes lagunas que rodean al cáncer. Desde aquí me gustaría dirigir mi reivindicación a nuestros representantes políticos en las Cortes de Castilla y León, para reivindicar que en los hospitales exista una coordinación real entre las áreas de ginecología y oncología. Nosotras, las pacientes, necesitamos ser informadas de las posibilidades que tenemos. 

Un oncólogx hará lo posible por curar el cáncer, pero ¿no hay nada más allá? Necesitamos un servicio de atención a los pacientes jóvenes con cáncer, que de manera coordinada nos brinde información y opciones a nuestro alcance en materias como la alimentación, la maternidad, la vida después del tratamiento, etc. 

Cuando te detectan cáncer un ciclón arrolla tu vida y tú a menudo te sientes perdido o incluso frustrado. La falta de información no provoca otra cosa que desconfianza, miedo y rechazo. ¿No es posible contar con un servicio de atención para que el paciente conozca de primera mano cómo va a ser su vida, cómo va a cambiar su rutina durante y después del tratamiento?