Me llamo Isabel y vivo en Sevilla. A finales de 2019, me dolía el hombro y también un poco el brazo, así que decidí acudir al fisioterapeuta. Yo me había percatado de que tenía un bultito, pero de entrada no le di importancia, ya que algún que otro médico lo había examinado previamente y había considerado que no tenía importancia. Aun así, un día la fisioterapeuta se percató del bulto y me recomendó que me hiciera algún tipo de prueba como una ecografía mamaria. Entonces acudí a un centro de salud de mi ciudad y allí consideraron que se trataba de un lipoma de grasa después de practicarme una ecografía mamaria y una mamografía.

Me indicaron que acudiera al centro de salud de nuevo después de tres meses para volverlo a explorar, pero empezó la pandemia de la Covid-19 y se paralizaron las visitas. Esperé un mes a que volvieran a abrir, pero nunca conseguí cerrar visita, así que acudí a otro centro. El pecho me había crecido y me dolía. Empezaba a mostrar piel de naranja y se me retraía un poco el pezón. Yo confiaba en que se tratara de un lipoma igualmente, pero cuando me hicieron de nuevo una ecografía y una mamografía ya me aconsejaron acudir al hospital con los resultados. Fui y pedí que me miraran, que los resultados que traía no podían esperar, y me hicieron un hueco. Una vez me vieron, ya consideraron que mi dolencia no era un lipoma. Tenía 12 cm de masa dividida en dos tumores.

A partir de este punto, empezaron las pruebas diagnósticas. Una vez hechas, la médica que me llevaba me informó de que padecía un cáncer de mama triple negativo y me aconsejó que no me preocupara, ya que por suerte, esta tipología de cáncer se podía curar. Entonces empecé con el tratamiento de quimioterapia. El segundo ciclo hizo bajar muchísimo la enfermedad y de hecho, terminé el tratamiento en cuestión estando limpia. Igualmente, los médicos consideraron operarme a modo preventivo, así como someterme a 25 sesiones de radioterapia. En estos momentos me hacen revisiones rutinarias de control.

Considero imprescindible que los gobiernos apuesten para mejorar la inversión en investigación; es un aspecto primordial. También quiero concretar en el hecho que, debido a la falta, precisamente, de inversión en investigación, hay personas que agotan los tratamientos disponibles al país y que tienen que viajar a otros países para someterse a otros que aquí no existen para ver si les funcionan. Esto conlleva unos gastos económicos muy importantes. Estas personas no han decidido nada de lo que les está pasando; ¿Por qué no se impulsan ayudas económicas destinadas a los pacientes de cáncer que tienen que cambiar de país para recibir tratamiento?