Pregunta para Cortes de Castilla-La Mancha

¡Necesitamos que los centros educativos activen unos protocolos eficientes contra el bullying en cuanto perciban la más mínima sospecha de que está ocurriendo!

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Iván P Pregunta de Iván P

Hola, soy Iván, tengo 23 años y escribo este texto para hablar sobre el bullying. Desde el colegió sufrí acoso escolar y eso es algo que ha repercutido de una manera brutal en cómo a día de hoy se encuentran mis habilidades sociales. 

Todo empezó en quinto de primaria. Yo padezco una discapacidad visual causada por la enfermedad de coats y este fue el desencadenante de las burlas, collejas, puñetazos e insultos de mis compañeros de clase. Se lo decía a los profesores, pero estos no me hacían caso. También, recuerdo perfectamente como me inventaba que estaba enfermo para no ir al cole o directamente le decía a mi madre que no quería ir. 

Cuando pasé al instituto, me pusieron el apodo de “Joker” porque, además, era muy blanco de piel. Me hacían zancadillas constantemente y me llevaban a los baños para pegarme palizas. El hecho de dar el paso de decírselo a algunos profesores hizo que el bullying aumentara, mientras nadie tomaba medidas para frenarlo. 

Al final, tenía que salir al recreo con el acompañamiento de una orientadora para que no se metieran conmigo. No fue hasta tercero de la eso, cuando activaron el protocolo de acoso escolar. Tardó demasiado en activarse y eso, obviamente, me perjudicó muchísimo. Desde ese momento, en el instituto estaba “protegido”, no obstante, en cuanto salía a la calle volvían las burlas y los puñetazos. 

También recuerdo cómo engañaba a mis padres para que no se preocuparan. Cuando llegaba a casa y me preguntaban qué tal el día, yo les contestaba que muy bien. Durante mi etapa en la ESO, repetí dos cursos y cuando cumplí los 16 años dejé de estudiar. 

A día de hoy, me sigue costando hacer amigos, soy una persona muy introvertida y todo esto es consecuencia de las secuelas psicológicas que provoca el bullying. Aun así, por suerte, yo pude salir de ahí, pero me gustaría reivindicar la importancia de una actuación rápida por parte de los centros educativos. Eso evitaría que muchos niños se vean obligados a abandonar los estudios para salir del infierno que supone ser víctima de acoso. 

¡Necesitamos que los centros educativos activen unos protocolos eficientes contra el bullying en cuanto perciban la más mínima sospecha de que está ocurriendo!

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